Leer a Franz Kafka puede hacernos más inteligentes, según revela un nuevo estudio de la Universidad British Columbia y la Universidad de California.
La clave está en el surrealismo presente en textos como “Un médico rural”, escrito por Kafka en 1918. Según explica Travis Proulx, coautor del estudio que publica la revista Psychological Science, “el significado de una cosa es una asociación esperada con nuestro propio entorno“. Así, por ejemplo, el fuego se asocia con calor extremo, de modo que poner la mano sobre una llama y sentir de repente un frío extremo sería una “amenaza” para el significado de fuego.”Sería desconcertante, porque no tendría sentido”, explica Proulx. Y esa es la sensación que causan algunos textos de Frank Kafka.
Para comprobar sus efectos sobre el cerebro, Proulx y sus colegas pidieron a una serie de voluntarios que leyeran la historia de “Un médico rural”, en la que se suceden acontecimientos disparatados, mientras otros compañeros leían una versión diferente del mismo relato reescrita de forma que todo cobraba sentido. A continuación se les propuso un ejercicio de gramática, que los que habían leído al auténtico Kafka resolvieron con mejores notas.
“Las personas nos sentimos incómodas cuando las asociaciones que esperábamos resultan violadas, y eso crea un deseo inconsciente de dar sentido a lo que nos rodea”. Esa sensación incómoda puede venir de una historia surrealista y “nos incita a aprender nuevos patrones cerebrales, a desarrollar una mayor capacidad de aprendizaje” , concluyen los investigadores.