Pocas cosas te motivarían a pensar más e identificar tus sueños que «toparte» con una lámpara maravillosa.
Si te encontraras con una, por maravillosa que fuera, y la frotaras, seguramente no saldría de ella ningún genio, pero ¿ y si realmente lo tuviera dentro? ¿Pedirías algo para ti? ¿Pedirías algo para los demás? ¿Estarías preparado para pedirle tus deseos, o perderías mucho tiempo en identificarlos?
Voy a llevar mi planteamiento más allá y preguntarte :
¿ Y si te dijera que no hace falta que la busques ni a ella ni al genio porque tú tienes uno? ¿Y si te dijera que además tú llevas un genio dentro?
Si te paras a pensar y si consigues hacer un poco de «introspección», descubrirás que dentro de ti tienes un «genio» que es capaz de hacerte descubrir muchas cosas mágicas.
Ese genio que llevas dentro (conciencia) es un arma capaz de valorar de manera objetiva, sincera y honesta todo aquello que te pasa. Tienes además la garantía de que valorará tus cosas de manera absolutamente privada y desinteresada.
Si por las noches sacaras un rato para encontrarte con el genio y fueras capaz de evaluar las cosas que has hecho durante el día, seguro que después te sentirías mucho mejor y habrías bebido de una fuente de motivación especial.
Después de un largo día, un rato de «soledad» te haría descubrir:
Que lo que te preocupa son oportunidades de mejora …
«Le podía haber cerrado la operación si le hubiera aceptado su bajada»
Que las excusas también son posibles oportunidades de mejora …
«Podía haberle ayudado, pero tenía demasiada prisa (cuando sabes que no es cierto)»
Que tus anhelos son tus fuentes de motivación
… Si encontrara la forma… montaría mi propia empresa…
Si nunca lo has probado te invito a que lo hagas. Obviamente nunca » habías visto al genio» porque lo que buscabas fuera, «lo tenías dentro».
Ahora bien, ahora que sabes dónde está y sabes todo el bien que te puede aportar, ¿por qué no lo intentas? ¿Por qué no te planteas qué le pedirías cuando lo tuvieses delante?