Es una muletilla clásica el decir que podríamos hacer una cosa o que vamos a intentarla en la medida de nuestras posibilidades.

¿Quién no ha oído esa expresión o, sobretodo, no la ha dicho alguna vez?

Pues bien, creo que no nos hemos parado a analizar la frase en su auténtica complejidad más de uno o, al menos, yo reconozco no haberla reflexionado como se merece. Además, en estos momentos tengo claro que es toda una declaración de compromiso máximo en pos de cualquier tarea.

Se tiende a interpretar como que se intentará hacer todo lo posible dentro de un contexto de limitaciones preexistentes para dar cabida razonable a la dedicación de tiempo prevista, o de cualquier otro recurso de fácil acceso para nosotros, en aras de colaborar hacia el objetivo, pero implícitamente es una renuncia a considerarlo inexcusable o un paraguas abierto antes de que empiece a llover, para que nos entendamos.

Contrariamente a ese extendido parecer, a mí últimamente me parece que la medida de nuestras posibilidades es incalculable, ilimitada, y cuanto menos tremenda con respecto a cualquier cosa que se suela poner en juego en esos casos, mucho mayor que lo establecido como un estándar aceptable con seguridad.

Si entrenas el acostumbrarte a resolver situaciones preestablecidas, resulta que cuando pronuncias esas palabras estás activando una férrea voluntad por llegar hasta el fin y, de ese modo, tu mente predispuesta empieza a colocar el nivel de tus posibilidades donde te haga falta en cada momento, es decir, no sólo tendrá en cuenta que en cada caso es diferente y, por tanto, requerirá unas cosas u otras, sino que en todos y cada uno de ellos te obligará a que ofrezcas el máximo de tus posibilidades.

Es en ese sentido en el que creo que es muy bueno entender la frase y acostumbrarnos a exigirnos más en cada momento que la pronunciemos, pues nos convertiremos en personas más efectivas, probablemente aportaremos más a los demás e, interiormente, estaremos desarrollando el motor del crecimiento y el desarrollo personal, tonificando el músculo de las decisiones y preparándonos para nuestros propios retos.

2 comentarios de “La medida de nuestras posibilidades

  1. Josep Sanvisens dice:

    Nuestro vocabulario es muy importante. Decir «voy a intentar» transmite a nuestra mente un mensaje de «quizás no lo consiga» o «si no lo consigo, me conformaré con el hecho de haberlo probado». Decir «voy a hacer» denota una decisión mucho mas firme, evidentemente que no es una garantia de éxito, pero estoy seguro que cuando lleguen dificultades abandonará mucho antes la persona que ha decidido intentar, que la que ha decidido hacer.
    GRACIAS JOSÉ MANUEL

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