Descubre una gran clave de gestión del tiempo.
Si has observado alguna vez a un malabarista ejecutando sus ejercicios, habrás podido comprobar que generalmente inicia su actuación manteniendo un pequeño número de objetos simultáneamente en el aire. Pero conforme avanza el ejercicio, va añadiendo más y más objetos, hasta llegar a un punto en el que se hace evidente la tensión porque el malabarista se sitúa al límite de sus posibilidades. Hay tantos objetos movíéndose simultáneamente, que sería imposible añadir un solo objeto más sin que todos los demás terminaran rodando por los suelos.
Pues bien, esto mismo les ocurre a muchísimas personas en sus vidas en relación a la forma en que administran y gestionan su tiempo. Son como malabaristas tratando de mantener innumerables áreas de sus vidas y proyectos en el aire, en continuo estrés porque saben que en cualquier momento todo el sistema colapsará y empezarán a fallar las cosas. Actuar como un malabarista tiene el problema de que más bien pronto que tarde, uno llega al límite de su capacidad porque estar añadiendo mas “objetos” a su desempeño por el simple hecho de tener más y más cosas en movimiento, lo único que hace es acercarte más rápido a la debacle.
En contraposición, imagina por un instante la figura de un director de orquesta. Si hay una palabra que define al director de orquesta esa palabra es “control”. El director de orquesta dirige a la orquesta, da entrada en cada momento a los instrumentos necesarios, y va creando una maravillosa melodía mientras todos esos instrumentos se combinan. Marca el tempo y la intensidad de cada uno de los pasajes, reflejados de manera previa en una partitura que refleja el resultado final que se ha de lograr.
Este es un símil fantástico para que reflexiones sobre la forma en que estás gestionando tu tiempo en la actualidad. ¿Crees que eres más un malabarista que trata constantemente de mantener todos esos “objetos” en el aire en permanente tensión para evitar que ninguno termine por caerse al suelo?… O por el contrario, ¿Tienes una visión clara en forma de “partitura” para tu vida y estás actuando como un director de orquesta que está en control de la situación y va dirigiendo todos los recursos para ir creando una extraordinaria melodía?…
Tal vez ha llegado el momento de dejar todos esos malabares por un instante reposando en el suelo y tomar algo de tiempo para reflexionar si realmente es necesario mantener tantos objetos a la vez en movimiento permanente. En muchas ocasiones es la rutina o mantener una inercia ya creada la que nos impulsa a mantenernos en movimiento sin un sentido claro de propósito y dirección. Te invito a que tomes la decisión de convertirte en el director de orquesta de tu vida. Toma el tiempo necesario para definir con claridad cual quieres que sea tu “sinfonía”, y empieza a continuación a tomar el control y a orquestar todos los recursos que necesites para lograr esos objetivos. Toma las riendas y el control de tu vida. Comienza a experimentar la maravillosa sensación que produce liberarse de estar en constante tensión tratando de mantener un equilibrio forzado, y sustituir esa sensación por una profunda emoción de que eres tú, y solo tú, quien está al mando de tu vida.
El mundo no puede perderse todas esas maravillosas melodías que puedes hacer sonar si tomas la firme decisión de convertirte en el director de orquesta de tu vida.
Excelente analogia.
El director de orquesta, también tiene mucha actividad, también gestiona diferentes secciones de instrumentos, como metal, cuerda, percusión, incluso coros…Pero todos enfocados a una única sinfonia que él tiene escrita en solfa y además en su mente, por eso sabe exactamente como quiere que suene en cada instante.
Me quedo con tus frases de: “Toma el tiempo necesario para definir con claridad qual quieres que sea tu sinfonia” y “empieza A CONTINUACIÓN a tomar control y a orquestar todos los recursos.
Sin estas dos condiciones y aplicadas en este orden, estamos condenados a hacer malabares toda la vida
GRACIAS POR ESCRIBIR
Efectivamente, has apuntado las dos grandes claves que muchas personas en su dinámica simplemente enfocada a hacer más a toda costa suelen pasar por alto:
1.-Tomar el tiempo para definir con claridad que quieren hacer con el “viaje” más importante que jamás emprenderán: su propia vida.
2.-Tomar la responsabilidad y el control de orquestar todos los recursos necesarios para avanzar hacia ese destino deseado.
Y como bien dices han de producirse en ese orden… Quien así lo haga sin duda está maximizando sus posibilidades de tomar el control real de su vida y sus resultados.
¡Muchas gracias por el comentario!