Dos eran las posturas de los sabios clásicos ante la institución del matrimonio.

Los detractores argumentaban que el matrimonio distraía al hombre de la búsqueda del conocimiento. Dado que el fin último al que debía tender el hombre era la búsqueda de la virtud, todo aquello que dificultara esa búsqueda debía rechazarse; y el matrimonio, entendían, era una traba importante.

Otros, sin embargo, pensaban que el matrimonio, no solo no era un obstáculo, sino que enriquecía a la persona. En la búsqueda de la excelencia constante, entendían que el matrimonio era algo provechoso, pues sometía a la persona a continuos retos, cuya superación servía para la mejora individual.

Así pensaba, por ejemplo, Sócrates. Su mujer, Antipa, era una persona de un fuerte carácter, de quien incluso se dice que maltrataba al Sabio clásico.

Tan es así, que cuentan que una vez sus discípulos le preguntaron por la razón de haber contraído matrimonio con ella. Sócrates argumentó que buscaba en su matrimonio con Antipa “el constante ejercicio del arte de dominarse a sí mismo”.

El Genio griego pensaba que el verdadero filósofo debía ser capaz de evitar dejarse influir por sentimientos como la irritación o la ira, que buscaban sacar al ser humano de su centro de equilibrio. Y la convivencia con Antipa era un continuo reto para evitar que eso le ocurriera.

Hoy día nos puede llamar la atención esta visión tan «utilitarista» del matrimonio. De cualquier manera, no se ha de perder de vista que es una forma más de entender las relaciones de pareja. Una más. Pero es la de Sócrates.

(*) Fotografía : R. Mitra (Flickr)

0 comentarios de “Terapia de pareja con Sócrates

  1. Josep Sanvisens dice:

    Facilmente puede ocurrir que una persona muy próxima a nosotros, quizás la pareja, sea totalmente contraria a nuestra manera de ser o a nuestra manera de ver las cosas. Considerar que esta circunstáncia puede ser como un banco de pruebas muy útil, porque nos puede ayudar a ejercitarnos y a trabajarnos a nosotros mismos, también es un punto de vista, que no me parece nada descabellado.
    GRACIAS ORFEO

    • Orfeo dice:

      Así es, Josep. Nada de lo que dijeron e hicieron los sabios clásicos es descabellado. Y conforme va avanzando la humanidad, la palabra de aquellos cada vez toma más sentido. Hoy día nos pueden chirriar algunas cosas, pero no hay que tomarlas en forma absoluta, sino como fruto de un proceso deductivo que merece, por lo menos, ser estudiado.

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