Uno de los principios fundamentales de la superación personal es la llamada “Ley de la Atracción”, cuyo enunciado es el siguiente:

“Atraemos a nuestra vida aquello que está en sintonía con nuestros pensamientos dominantes.”

Sin lugar a dudas esta es una ley que está presente siempre, nos guste o no, en nuestras vidas. Piensa por un instante en alguna persona que conozcas que pase la mayor parte de su tiempo quejándose o sumida en una actitud pesimista o derrotista. Y piensa por unos instantes en los resultados que esa persona está consiguiendo en su vida. Casi con seguridad comenzarás a ver que su vida es justamente un reflejo de esas mismas actitudes y pensamientos.

Pero sucede exactamente lo mismo en el sentido contrario. Son las personas que se enfocan en la parte positiva de la vida, quienes mantienen actitudes optimistas y entusiastas, los que generalmente disfrutan de vidas más realizadas y plenas.

La ley de la atracción, como yo la veo, es fruto de una combinación de pensamientos, actitudes y acciones. He de reconocer que al principio resulta duro de aceptar el hecho de que somos nosotros mismos la fuente de la gran mayoría de cosas que suceden en nuestras vidas. Míralo si quieres de este modo: Cada uno de nosotros somos un imán viviente. Atraemos constantemente aquello que está en sintonía con nuestro patrón de pensamiento, actitudes y acciones.
Veamos pues algunos pasos que podemos dar para convertirnos en un “imán” viviente de lo positivo:

1.-Toma conciencia de cómo es tu patrón predominante de pensamiento. Detente por unos instantes y analiza tranquilamente el tipo de actitud mental que sueles mantener. ¿Es generalmente positiva o negativa? El primer paso para poder cambiar algo es darse cuenta de cómo está.

2.-Ordena tu entorno. Todo lo que nos rodea afecta nuestra forma de pensar. Si sueles moverte en espacios desordenados, toma algo de tiempo para organizar y ordenar tu habitación, tu despacho, tu sala de estar,… Recuerda precisamente que tu mundo exterior es un reflejo de tu mundo interior. Y si tu mundo exterior es un auténtico desorden, ese es un buen lugar para comenzar a crear armonía.

3.-Comienza a crear claridad de enfoque. Necesitas determinar con claridad que objetivos deseas alcanzar. La mente humana solo es cien por cien efectiva cuando trabaja en la dirección de un objetivo perfectamente definido. Así pues, toma el tiempo necesario para clarificar plenamente tus objetivos.

4.-Enfoca consistentemente en aquello que deseas lograr. No te permitas divagar pensando precisamente en las cosas que temes o que no deseas. Proponte detectar de inmediato estas situaciones tan pronto como sucedan, para conscientemente apartar tus pensamientos de esa dirección. Si la mente está ocupada en una dirección positiva, no puede estar ocupada simultáneamente en la dirección contraria. Aprovecha en tu favor este modo natural de funcionar de nuestro cerebro.

5.-Toma acción. No basta con clarificar que es lo que queremos. Hemos de comenzar a dar pasos para lograrlo. Muchas personas creen que simplemente teniendo claros sus objetivos ya han hecho lo necesario para lograrlos. Gran error. Solo la acción produce resultados. El pensamiento positivo está muy bien, pero para que produzca resultados hay que llevarlo al terreno de la acción.

6.-Practica la gratitud permanente. Cuando comiences a producir resultados, mantén una actitud de agradecimiento por todo aquello que se está convirtiendo en parte de tu vida. A través de la gratitud siempre llega un sentimiento de realización y plenitud personal.

7.-Disfruta del camino. La vida no es una ciencia exacta. Habrá ocasiones en las que el camino parezca desviarse, o incluso en las que tengas la sensación de que ni siquiera existe camino. Relájate, disfruta de ese rodeo, y continúa tu viaje con una actitud positiva.

Es indudable que comprendiendo la dinámica de esta ley de la atracción, conseguirás crear muchos más resultados y realización. Todo parte de tus pensamientos. Aprovecha esta ley a tu favor, y comienza a experimentar su increíble poder.

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