Me gusta mucho la anécdota que sucedió en una universidad mientras los estudiantes hacían cola para matricularse en la carrera de medicina. Un estudiante se sorprendió de que la persona que iba justo delante de él en la cola era una señora que aparentaba una edad avanzada. Al cabo de un rato, su curiosidad venció a su timidez, y dirigiéndose a la señora le preguntó:

Disculpe, señora. ¿Va usted a matricularse en la carrera de medicina?
A lo que la señora con una sonrisa le respondió:
Si, muchacho. Siempre soñé con ser médico, y ahora por fin tengo la oportunidad de hacerlo.
El muchacho un poco asombrado, no pudo evitar comentarle lo que estaba pasando por su mente.
Pero esta es una carrera que dura 7 años, ¿No cree usted que es demasiado tiempo?
Mira muchacho-dijo dulcemente la señora-, ahora tengo 75 años, y cuando termine la carrera tendré 82. Pero si no estudio la carrera de medicina también tendré 82 años, y la única diferencia será que no haya cumplido mi sueño.

¡Qué lección más increíble! La señora estaba en lo cierto. El tiempo pasa irremediablemente lo aprovechemos o no. Y cada instante que pasa jamás volverá de nuevo. Te animo a ponerte en marcha de una vez por todas. ¿Has abandonado tus sueños por el camino? Si es así quizás ha llegado el momento de rescatarlos y llevarlos al mundo de la realidad con tu acción. Los años van a pasar igual. La única diferencia la establece lo que hagas con esos años. Esta es una de mis frases favoritas. De hecho siempre la suelo poner en mis tarjetas de visita, y en las tarjetas que utilizo para enviar notas:

“Nunca es demasiado tarde para ser la persona que podrías haber sido”

Te animo a que empieces a trabajar con ahínco para transformarte en esa persona que tu sabes que puedes llegar a ser si decides entregar todo tu potencial a la vida. Recuerda el ejemplo de la señora de esta historia. Con ilusión y pasión por la vida, nunca es demasiado tarde.

Deja un comentario