Cuando la vida te de cien razones para llorar, enséñale a la vida que tú tienes mil razones para sonreir.

Hace ya algún tiempo, leí la cita que he reproducido justo arriba de estas palabras. Y pensé que un buen ejercicio para hacer era ponerme a escribir una lista de mis mil razones por las que sonreír cada día en mi vida.

Los seres humanos tendemos a fijarnos demasiado en las cosas que no funcionan del todo bien en nuestra vida, y en muchas ocasiones pasamos por alto montones de cosas maravillosas que tenemos y podemos disfrutar cada instante.

Así que me puse manos a la obra y comencé ese proyecto de escribir mis “1000 razones para sonreír”. Empecé escribiendo unas pocas razones, y cada vez que venía a mi mente alguna otra razón, sacaba mi cuaderno y anotaba esa nueva razón en la lista. Conforme esa lista fue creciendo note que algo curioso me sucedía. Con cada razón añadida crecía en mi una emoción inmensa de gratitud. Sentía que poco a poco mis problemas empequeñecían en relación a todas esas razones que tenía para ser feliz. Pronto esa lista pasó a contener cientos de razones por las cuales me sentía feliz y agradecido. Y leer esa lista era mi refugio cuando necesitaba una dosis extra de motivación frente a algún reto que se presentaba en mi camino.

Cuando la vida te de cien razones para llorar, enséñale a la vida que tu tienes mil razones para sonreir.

Te animo y te recomiendo que empieces a crear tu propia lista de “1000 razones para sonreír”, y te garantizo que no podrás creer todo lo positivo que esa simple lista aportará a tu vida. Comienza poco a poco, escribiendo tanto pequeñas como grandes razones para sonreír. Y conforme se te vayan ocurriendo más ideas ves completando tu lista. Léela con frecuencia y comienza a experimentar los maravillosos efectos sobre tu actitud mental de este simple ejercicio.

¡Adelante!… ¿Cuáles son tus mil razones para sonreír?…

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