Virtudes hay muchas. Casi tantas como personas emprendedoras. Pero como parece que unas y otras son difíciles de encontrar en estos tiempos, es bueno recordar cuales son las virtudes capitales que suelen concurrir en los grandes emprendedores de éxito:
1) CONOCIMIENTO: El conocimiento (o la sabiduría) sirve para tomar decisiones. Los clásicos griegos hablaban de la “eubulía”, que era la capacidad que debían tener los gobernantes de tomar buenas decisiones. Con el buen empresario pasa lo mismo. Estudiar, conocer, entender los entresijos del futuro negocio, sirve para reducir el factor aleatorio de todo proyecto.
Al respecto, la gran ventaja que se tiene hoy día es que el conocimiento está accesible. Todo está en los libros… y en la Red. Sólo hay que descubrirlo. Quien pase más horas investigando, lo conseguirá.
2) VALENTÍA: Valentía es persistencia, mantenerse firme en el proyecto pese a la adversidad. Es la salvaguarda del proyecto frente a las dudas. Valentía no es temeridad ni inconsciencia si el proyecto se basa en el conocimiento. El emprendedor que arriesga, conociendo perfectamente todas las posibles consecuencias, es el emprendedor más valiente.
Pericles dijo que “es justo que sean considerados los más fuertes de espíritu quienes, aun conociendo perfectamente lo que debe temerse y lo que es placentero, no por ello se apartan de los peligros”.
3)MODERACIÓN: La moderación es el dominio de uno mismo. Consiste en establecer una especie de orden interno personal. Sirve para controlar los apetitos y los placeres.
El emprendedor, como cualquier persona,tiene dos caras: la buena y la mala. Es como si dentro de su cabeza hubiera un angelito y un diablillo, que le hablan al oído constantemente. La moderación sirve para establecer concordia entre ambos. Es la que aporta consonancia y armonía.
La moderación es la virtud más necesaria cuando el negocio empieza a dar grandes beneficios.
4) JUSTICIA: Ser justo es saber dar a cada uno lo que le corresponde.
El emprendedor ha de ser justo con todo el mundo. Debe dar a sus clientes lo mejor de sí mismo; debe dejar ganar también a sus proveedores; debe ayudar a que sus empleados se conviertan en los mejores en su puesto.
Conocimiento, valentía, moderación y justicia son las cuatro virtudes principales del emprendedor. A partir de estas cuatro se pueden desarrollar otras muchas: sacrificio, visión, liderazgo, empatía, etc. Sin embargo, éstas son las primarias de las que se derivan todas las demás. Son las absolutamente imprescindibles. Sin ellas es imposible emprender cualquier tipo de negocio con garantía de éxito. Incluso se podría decir que resulta muy difícil llevar a cabo cualquier tipo de proyecto personal en la vida.
Ahora la cuestión sería determinar si verdaderamente reunimos nosotros las cuatro virtudes. Es decir, si estamos pensando en iniciar un negocio deberíamos preguntarnos ¿tengo el suficiente conocimiento del futuro negocio? ¿soy valiente? ¿moderado? ¿justo?. En caso de responder negativamente a alguna de estas preguntas, deberíamos dirigir las fuerzas a ADQURIR la virtud que nos falta….Porque las cuatro se pueden adquirir. Sin duda.