Existe una importante ley del éxito que es la “Ley de la causa y el efecto”.
En términos simples lo que viene a decirnos es que para producir un determinado resultado (efecto), hemos de poner en marcha primero una causa que lo provoque.
La naturaleza nos confirma sabiamente esta lección; para cosechar, primero hay que sembrar.
Recuerda siempre que todo fruto por grande que sea, se ha originado en una diminuta semilla. Por ello, nunca subestimes el poder de tus “semillas de éxito”. Esas decisiones y acciones que suponen tu siembra para cosechar tus mayores sueños y aspiraciones.
Te invito a continuación a que reflexiones durante unos instantes sobre la siguiente frase:
“Todo el mundo puede contar las semillas que hay en una manzana, pero nadie podrá contar jamás el potencial de manzanas que contiene una semilla”.
Esta simple frase creo que describe de una manera preciosa el increíble poder que todos poseemos en base a nuestra capacidad de tomar acción. Empieza a dar pasos en la dirección adecuada hacia tus sueños y aspiraciones, y estarás poniendo en marcha el mecanismo de la ley de la causa y el efecto. Estas simples acciones serán las semillas de las que brotarán una cantidad de éxitos que ahora mismo no eres ni siquiera capaz de imaginar, siempre y cuando te mantengas alimentando y cuidando tus “semillas” a lo largo de todo su proceso de crecimiento.
Mantente sembrando las semillas adecuadas y llegará un día en el que te despertarás y tendrás ante ti una cosecha grandiosa y excepcional. Es tiempo de sembrar. Siembra con fe, con entusiasmo y con pasión. ¡Tú puedes hacer que suceda!