Compromiso. ¿Qué es el compromiso? ¿Qué entendemos por compromiso? Si tuviésemos que hacer una definición de compromiso, ¿cómo lo definiríamos?
Compromiso. ¡Qué palabra tan potente! Puede ser tabla de salvación o de total destrucción. Si te aferras a una decisión con compromiso real, es decir, si tomas una verdadera decisión, todo cambia, ya nada es igual. Nos puede llevar adonde queríamos ir o no, pero seguro que el viaje será en el vehículo escogido por uno mismo, con el estilo y la forma que diseñemos para nuestra vida nosotros mismos, que pensado en profundidad, es lo único que podemos decidir a ciencia cierta.
Pero a mí me gusta pensar en los términos del título del artículo. Cuando alcanzamos un nivel alto de compromiso con algo o con alguien, estamos comprando en la tienda del devenir toda una serie de cosas a las que no podremos negarnos, otras muchas que habrá que realizar en todo momento y, en definitiva, nuestro futuro, nuestro sino en todo aquello que dependa de nosotros. Es un poder maravilloso cuyo resultado es más la felicidad personal por congruencia interna que el logro mismo de los objetivos de menor escala, que también llegan normalmente para complementar la dicha.
Es necesario entender esa esencia del compromiso para no dejar de instalarlo en las áreas de nuestra vida que nos interesen, ya que en sí mismo es un éxito total; de hecho, es el éxito absoluto. Puede que, paradójicamente, algunas decisiones acaben produciendo en nosotros o nuestro entorno daños colaterales, o incluso nos lleven al desastre en algún sentido, bien económico, bien de cualquier otro tipo, pero lo que es innegable es que la libertad se habrá hecho cuerpo en nuestro quehacer, que la voluntad habrá cogido volumen y se podrá ver y tocar, y ese sabor a victoria es insustituible. Normalmente, si el empeño es máximo, los resultados acompañarán, como todos sabemos y por lógica matemática: la probabilidad aumenta.
Pues lo dicho, estimados lectores, comprad síes, comprad noes, comprad sinos y buscad vuestros compromisos. Son la clave productiva de la vida y, por tanto, la clave positiva que nos lleva a la acción. No hay que tenerle miedo a las consecuencias o, si lo tenéis, como yo mismo lo tengo, que en esto de comprometerse es de lo más natural ya que renegar de ciertas inercias no es fácil, pensad en el verdadero temor que produce el no estar comprometido con nada, no saber hacia dónde te proyectas, no ser nada… ¡voluntariamente! Es auténticamente horrible la sensación de vacío que se crea ante la falta de compromisos: no atenderlos a nivel personal, familiar, de relación, ideológicos, éticos o laborales es algo insufrible, pero no tenerlos es… ¡inhumano! El compromiso radicaliza, en el sentido de enraizar, al hombre con su propia condición y eso es como decir que nos es inherente.
Por tanto, más valdría decir que hay personas que se comprometen con la inconsistencia, por ejemplo, a decir que son faltas de compromiso, y es el síntoma más relevante en una sociedad alienada y adormecida contra la que sí debemos mantener firmemente el compromiso de rebelenarnos.
Importante concepto el del compromiso. Para mi el mas importante es el pactado con uno mismo, de ser coherente entre que pensamos, que decimos y que hacemos.
GRACIAS JOSÉ MANUEL