“Cuando la luna no crece, es que mengua.”
Proverbio árabe.

Al contrario de la inmediata satisfacción que produce acabar algo, conseguir algún objetivo, y de la merecida celebración que siempre hemos aconsejado desde este foro de MÁXIMO POTENCIAL por tales hechos, no es cierto que el espíritu quede en recompensa tan grande como para no querer nada más en adelante; cuanto menos, los espíritus con inquietudes y con un gran abanico de opciones vitales por enderezar o mejorar, y en ese gran saco entramos casi todas las personas.

Además, si nos fijamos bien y la meta que nos habíamos propuesto alcanzar se encontraba en una agenda de propósitos bien meditada y aderezada con la pasión por las cosas que de verdad nos importan, observaremos serenamente que tan sólo era un paso más, que nada queda tan inmodificable y tan perfecto como para no poder constituir un nuevo inicio hacia otra etapa del proceso, siempre enriquecedor, siempre mejor, a pesar de que conlleve mayor riesgo y dedicación, pues seguirá mereciéndonos la pena.

Sólo existe un caso en la actividad humana en que este proceso no es así: en el Arte. En este caso de tan altos vuelos para el espíritu del hombre, los propios resultados se mueven en el campo posibilista de la intuición, en la parte del mágico subconsciente o en nuestra divina parte, como gustéis, pero es evidente que sí alcanzan la inmortal perfección de lo bello la música, la pintura, la poesía… Mas en este quehacer humano de máxima espiritualidad, todo lo hecho no deja de tener sus incontables corolarios en los demás como fuente de inspiración; ¡no tan sólo es importante crear motores, sino fuentes de alimentación para los mismos! ¿O no?

Por tanto, todo aquella meta significativa en nuestras vidas servirá para consolidar el camino que emprendimos o para movernos hacia él, no para finiquitarlo, que de ello ya se encargará la naturaleza y nuestra fecha de caducidad productiva. Son metas, que en griego bien sabéis que significaba “más allá”, son pasos que nos deben servir para tomar impulso y seguir más allá, precisamente. Los temas clave que acometemos tienen carácter de continuos inicios, son los que merecen la pena y a esos nos debemos entregar, todo y que sea por disponer de nuevos objetivos que conviertan nuestro paso por el mundo en una aventura maravillosa y no dejar que sea un mero pasar sin sentido.

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