“…la modificación o reinvención de un modelo de negocio personal parte de la aclaración de su propósito subyacente.” – Tim Clark
Efectivamente, en un tiempo como el actual en el que cada vez más se tiende a la solución personal a nivel profesional y económico, a crear uno su propia empresa por un mercado que ha abierto las puertas del cambio productivo definitivamente, no está de más plantearse qué nos haría sentirnos realizados en el desarrollo de una labor, qué estamos buscando a nivel personal que nos proporcione felicidad y cómo sintonizar trabajo y deseo al unísono.
El resultado que cada cual encuentre a esa investigación personal es lo que se viene a denominar un propósito subyacente empresarial, un objetivo final que no tiene por qué detectarse a primera vista, pero que se convierte en el faro hacia el que navega esa propuesta de negocio y que tira de nosotros con toda la fuerza que necesitaremos para su desarrollo, pues nuestro fuero interno estará comprendiendo el fin de sus esfuerzos.
Pero es más, desde aquí te animo a que si es tu caso lo propagues a los cuatro vientos, que no te dé ni reparo ni pereza establecer toda tu estrategia en la fuerza arrolladora que un propósito encierra, que lo sepa todo el mundo y, además de que creo que hará más fuerte tu intentona empresarial a ojos de los demás, lo que es seguro es que la fuerza motivadora que te situó en una dirección determinada se trucará en orgullo personal por adalid público.
Con el miedo sólo se reacciona, pero con un propósito claro y coincidente con tus sueños, la acción no tiene miedo. Para empezar una aventura laboral propia, debes ir cargado con todas tus fuerzas y con toda tu decisión, y nada recarga las baterías mejor que una motivación constante. Y la felicidad es la mejor motivación que existe. Sugerencia: trabajo en algo que te haga feliz, que tenga un propósito subyacente.
Muy buenas, Oliver:
Muchas gracias por tus palabras. Una apreciación, nada más, si me permites. El tema de la motivación subyacente es una poderosa herramienta que puede garantizar el éxito de algo no coincidente, aparentemente, con la gestión diaria. Por ejemplo, alguien puede ganarse la vida haciendo libretas para poder, con parte de los beneficios, enviar muchas de ellas a algunas aldeas de África y permitir que se eduque gente sin posibilidades. Y eso es lo que le hace feliz, subyacentemente. Si, además, le encanta hacer libretas, que es lo perfecto y aconsejable, miel sobre hojuelas.
Espero haberme explicado.
Un abrazo.
Estoy de acuerdo con el artículo, una vez que hemos identificado nuestro propósito, el siguiente paso para encontrar el sentido de la vida es convertir ese propósito en metas y acciones concretas. La idea es que partiendo de nuestro propósito y de las áreas importantes de nuestra vida comencemos a establecer metas que sean coherentes con ese propósito.
Un saludo,
Hacer saber nuestro propósito es reforzar nuestro compromiso y una manera de demostrar que no tenemos miedo al fracaso.
GRACIAS JOSE MANUEL