Es este de las relaciones personales laborales un tema tan relevante que me atrevería a decir que cambiaría muchas vidas el poder dominarlo, el convertir el día a día en los espacios de trabajo en algo armónico y con un índice mayor de felicidad.
No quisiera continuar sin advertir que estamos tratando de relaciones personales, al fin y al cabo, y que el adjetivo laboral viene a indicar únicamente dónde se producen, por lo que es más que probable que todo este texto os pueda servir para otras andaduras relacionales, como así espero, por supuesto.
Centrándonos de entrada en el entorno laboral, aporto cuatro reflexiones que nos ayudarán a enfocar personalmente nuestras relaciones y que, también, tocan las claves para conseguir resultados empresariales mejores basándonos en las interacciones entre las personas, que como siempre dice José María Vicedo, es el mayor de los recursos de una empresa, para el caso de que lo leamos con mirada de empresarios:
1.-Sé humilde.
Ello te preparará para enterrar tu ego y todo lo que conlleva son buenos corolarios: escucharás, respetarás y, sobretodo, la gente sabrá que puede ser sincera contigo, un aspecto fundamental. Eso no quiere decir que no valores tus propias aportaciones y talentos, por supuesto, pues nada tiene que ver la humildad con la falta de confianza; más bien es al contrario: cuando alguien domina un tema y sabe que es muy capaz, sólo entonces la humildad tiene sentido en este sentido, valga la redundancia, y significa que estás dispuesto a aprender cada día de los demás y que, de tanto que sabes, sabes que hay mucho más por aprender. Si no dominas ningún tema, ser humilde no es una opción, es una obligación.
2.-Sé comprensivo.
El nivel de exigencia entre personas debe cumplir con paradigmas no sistemáticos, no constantes, ya que nosotros mismos no somos sistemas constantes. Puede haber días complicados en el trabajo por motivos que procedan del mismo inesperadamente, o porque la misión en la empresa sea de productividad oscilante, como en los aspectos creativos, por ejemplo, o incluso y mayoritariamente por motivos ajenos a la empresa, ligados a la vida personal del compañero o colaborador. Hay que estar alerta y saber cuándo se tiene que estar más atento a otros temas que al rendimiento en sí, pues un minuto de esa dedicación afianzará una buena relación seguro. Es más, gracias a ese minuto, por decir algo, puede ganarse la competitividad del resto del día para esa persona y para todo el equipo
3.-Sé colaborador.
No escatimes esfuerzo hacia los demás. Conviértete en bisagra cada vez que lo veas necesario y siempre que te lo pidan. La generosidad es siempre un indicio de bondad y la bondad crea confianza, y la confianza enraíza y mejora las relaciones como ninguna otra cosa, es el mejor de los abonos. Además, no hacerlo no tiene sentido en casi todas las ocasiones dentro de un ámbito laboral, pues si la maquinaria conjunta no funciona al nivel deseado por ti, de nada servirá que tú vayas por delante: parte del trabajo de los que van más rápido, como en los equipos de ciclismo, es tirar del resto. Esos gestos son agradecidos siempre por los demás y cunde el ejemplo, logrando que tus colegas te aprecien sinceramente y que tú a ellos también.
4.-Sé constante.
Y por último y uniendo los tres aspectos anteriores, la humildad, la comprensión y la colaboración, decir que si no mantienes unos niveles similares constantemente, la gente no verá en ti esas características como esenciales, como consistentes, y no las valorará como parte de tu carácter, sino como acciones puntuales. Todo detalle es de agradecer, pero como en cualquier disciplina u objetivo, la base de los logros, de los méritos reconocidos está en el tesón, en la continuidad, en no desfallecer, en no bajar la guardia y, sobretodo, en no abandonar nunca. Si estos cuatro valores te rigen en el trabajo (los tres mencionados más la constancia), tu vida será más feliz porque trabajarás con amigos y serán ellos los que te la produzcan en tu ámbito laboral. Y eso no hay sueldo que lo iguale.
Me parecen quatro claves basadas en valores personales. Humildad bien entendida, empatia, altruismo, constáncia. Poseer y aplicar estos valores produce autosatisfacción en las relaciones humanas, tanto en la empresa como en el plano particular, incluso en casos de excepción, poco probables, de no ser correspondido.
GRACIAS JOSÉ MANUEL.