Repasando este año 2.012 que ya ha pasado al pasado, a sugerencia de un amigo de este blog me dispuse a escribir un listado de todas las vivencias destacables de ese periodo para realizar una especie de resumen excelente de esos últimos doce meses, un sustrato que pudiera servir de acicate para este 2.013 y, además, como recuerdo imborrable de lo imborrable en sí.
Pues bien, al dirigirme a iniciar la labor me concentré en expresar, en primer término, una visión general de lo que el año había supuesto para mí; una especie de titular que refundiese la amalgama de sentimientos que se le amontonan y superponen a uno cuando en estas lides se adentra. No tardé ni cinco segundos en recoger un eco interno que me repetía sin cesar una frase de origen bíblico en mi imaginario: “el que busca, encuentra”, “el que busca encuentra”,….
¡Sí, esa es la gran lección del año! Si algo me ha aportado estar dentro de un grupo como el de Máximo Potencial ha sido saber que siempre hay una puerta para cualquier situación que nos abra una salida satisfactoria. Pero es más, que si el motivo de la búsqueda es uno mismo, entonces se encuentra La Puerta, la que todo lo hace fácil, la que suma una felicidad añadida a cada momento y convierte lo ordinario en extra-ordinario.
Pero… ¡ojo!, ¡hay que buscarla! ¡Hay que buscar sin parar! En cada una de las facetas que nos importen en nuestras poliédricas vidas, hay que mantener la constancia y poner de nuestra parte todo el empeño en pos de conseguir el resultado apetecible. Y es entonces cuando se confabulan los astros, por así decir, y aparece la solución, la salida, el camino, el medio, el resultado o la persona deseados, es cuando notas que esa suerte buscada te reconforta con sus regalos y cuando, como si no lo dijeras tú, una voz que suena tuya, pero que reconoces externa, te repite: “el que busca, encuentra”.
Si en todas las listas de buenas intenciones o de objetivos para este año entrante pudierais añadir este condimento, esta clave que os presento, tened por seguro desde hoy que vuestro 2.013 será memorable.
Y con esta pequeña meditación quería saludaros el año a todos vosotros, queridos lectores, que con el grupo de Máximo Potencial ya tuve ocasión de hacerlo en directo.
¡Y que los hados del infortunio y de la desidia nos encuentren velando el arma de la búsqueda comprometida, pues sus esfuerzos constantes e imperecederos serán esquivos para con nosotros en todo este nuevo año!
Yo, este año, seré nombrado caballero al efecto. Espero. Bueno…¡lo sé!