Imagínate sentado en la silla del mismísimo Woody Allen o del gran Martin Scorsese. El miedo a la página en blanco, como decía Melville, lo has abandonado en el Parque de los Árboles del Pasado. Libre para crear, te inspiras en ti y la claqueta suena: ¡acción!

Date un tiempo antes para escribir tu guión; es inevitable para cualquier film haberlo ideado con antelación, haberle dado forma al proyecto e imaginado todo hasta donde seas capaz. Después, un nuevo realizador sale al plató de la vida y su película se pone en marcha, con todo lo que conlleva: miles de detalles para un fin prestablecido.

No te conformes con una película de serie “B” o con un telefilm de bajo presupuesto y pocos recursos. Si aspiras a peliculón, si vas a por el Óscar de la Academia, cuanto menos siempre optarás a convertir tu vida en una película de culto, de tu culto, y eso ya es un exitazo de crítica. Si le gusta a mucha gente, también será de taquilla.

Todos estos comentarios que os vamos ofreciendo en el blog, que no son más que pequeñísimos fragmentos de historias a las que quizás pudieseis reengancharos, si os sirvieran tan sólo a uno para que algo que os suena tan fantasioso lo pusierais en marcha como os apeteciera, todo el esfuerzo se daría por bien empleado.

La verdad es que pocas cosas hay con tanta magia como la oscuridad cuando se apagan las luces en una sala de cine y esperamos el inicio de la proyección, con el cuerpo preparado para sumergirse en una historia fascinante, una verdad paralela que damos por buena porque es en sí misma una realidad de valor incalculable, en muchos casos, pero que se ha fraguado en la mente de alguien para satisfacción suya y deleite de los demás.

Si no fuesen personales, las grandes cintas no existirían. Ni las grandes interpretaciones. ¡Vamos a por nuestro Óscar, entonces! ¡Qué mejor razón que convertir nuestra existencia en algo digno de filmarse que ser el director!

Silencio, se rueda…

0 comentarios de “Un óscar por tu mejor película

  1. Josep Sanvisens dice:

    El dia que aceptemos de verdad que solo nosotros somos guionistas, directores y protagonistas de la película de nuestra vida, no nos empeñaremos en rectificar nuestros errores a fuera, en la pantalla. Aceptaremos que somos responsables, en vez de quejarnos y culpar a los demás y a las circunstáncias.

    De la misma manera que alimentamos diariamente nuestro cuerpo, conviene alimentar diariamente nuestra mente. Un alimento mental excelente, muy úitl para mi, son vuestros escritos, vuestra web, vuestra revista. Por eso pienso que es una justa correspondéncia haceros un comentario, probablemente no sepais nunca con exactitud hasta donde llegais con vuestro bién, a pesar de ello os animo a continuar. Teneis todo mi agradecimiento y mi felicitación.
    UN ABRAZO GRANDE

    • José Manuel Sánchez Serrano dice:

      ¡Muy buenas, Sr. Josep, y encantado de saludarle!

      No puedo más que agradecerle sinceramente su atento seguimiento de todas nuestras publicaciones y su implicacion en las mismas, tan acertadas y ricas, y especialmente en las mías, por supuesto, que ya iba siendo hora.

      En el caso de hoy, todo ha sido especial. Debo trasladarle la emoción que he sentido al comprobar en primera persona el efecto benefactor que usted mismo comentaba, pero…¡en mis propias carnes! Su escrito me ha sentado de maravilla.

      Estando absolutamente de acuerdo con sus primeras palabras, como entenderá por evidente, y volviéndole a agradecer su segunda estrofa, el hecho en sí de disfrutar hoy su comentario ha sido balsámico para mí, puesto que por una cierta situación había tenido que poner a prueba todo mi entrenamiento en estas lides del máximo potencial.

      Por ello y por todo lo dicho, otro GRAN ABRAZO para usted, pues con todo esto alimentamos, además de la mente, también el alma y eso son palabras mayores… ¡Hasta otra ocasión, caballero, y aprovecho para solicitarle cortesmente su comprensión por no ser dado a contestar los comentarios habitualmente, pero no dude desde hoy de que los leo y disfruto todos!
      Josémanuel.

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