Son muchos los hombres sabios que a lo largo de la historia, conforme avanzaban sus vidas, formularon de una manera u otra la misma reflexión: cuanta más sabiduría acumulaban, mas insignificantes se sentían ante la inmensidad de la creación, el milagro de la vida y su posibilidad de impactar el mundo.
Es fácil sentirse abrumados en ocasiones cuando pensamos en todas nuestras aspiraciones y anhelos. En cierto modo, todas las personas de buena voluntad pretendemos cambiar el mundo en positivo y es fácil caer presa del desaliento porque en muchos momentos vemos que nuestro esfuerzo e impacto es prácticamente imperceptible en ese todo. Tenemos la sensación de que lo que hacemos es “casi-nada”.
Pero permíteme que te diga que tus “casi-nada” son muy importantes. Mejor dicho, creo que son tremendamente importantes. Y pensando en ello, me gustaría ilustrártelo con unas sencillas frases:
Una simple sonrisa es casi nada, pero cuando quien la recibe se siente solo en este mundo, le puede cambiar la vida.
Una palabra amable es casi nada, pero cuando quien la recibe vive inmerso en castigos y críticas, estás iluminando su vida de esperanza.
Un “tu puedes” mirando a los ojos a alguien es casi nada, pero para quien lo recibe puede ser un combustible ilimitado para no cejar en la consecución de sus sueños.
Unas simples monedas para ti pueden ser casi nada, pero para alguien en verdadera necesidad pueden suponer que sus hijos ese día no pasen hambre.
Esforzarte por que haya armonía en tu hogar y a tu alrededor puede parecer casi nada, pero si todo el mundo hiciese lo mismo, no existirían guerras en este mundo.
Dar lo mejor de ti cada día puede parecer casi nada, pero es precisamente eso lo que abre la puerta a la oportunidad para que tus sueños se conviertan en realidad.
Y podría seguir enumerando casi nadas, que aparentemente son insignificantes, pero que no lo son en absoluto.
Tal vez es hora de tomar conciencia de que en muchas ocasiones nuestros “casi-nada” pueden suponer para otras persona un completo “todo”.
Tenlo siempre presente.
¡Cuanta verdad José Mª!
Nunca podemos saber hasta donde puede impactar en los demás un acto nuestro, importante o no para nosotros. Quizá pronunciemos una simple frase y la olvidemos a los pocos minutos, mientras que la persona a quien iba dirigida la recuerde toda su vida y le suponga un beneficio.
Por este motivo pongamos amor en nuestras acciones y sembremos, seguro que alguien en algún lugar cosechará los frutos. Así lo haceis en Máximo Potencial.
¡GRACIAS! UN ABRAZO