La creencia popular de que el éxito conduce a la felicidad, está siendo cuestionada por numerosos investigadores que defienden el camino inverso:

“La felicidad conduce al éxito”.

Son innumerables las personas que mantienen un patrón de pensamiento basado en la siguiente lógica: “Cuando consiga el ascenso, seré feliz”, “Cuando consiga mi título universitario, seré feliz”, “Cuando consiga que mi negocio alcance x beneficios, seré feliz”,… Una lógica que basa la felicidad en el logro de resultados.

Pero la realidad a la que apuntan todas las investigaciones es que el camino inverso es el acertado. Las personas que trabajan con una mentalidad positiva, logran las mayores mejoras en productividad, creatividad y resultados. Además su respuesta es más efectiva ante situaciones de crisis o retos. Realmente existe una gran ventaja situando a la felicidad como el punto de partida. Y esto no es algo dicho a la ligera.

Las últimas investigaciones demuestran que entrenar a nuestra mente a ser positiva es algo muy similar a entrenar nuestros músculos en un gimnasio. Uno de los grandes avances en neurociencia se está produciendo en relación al tema de la neuroplasticidad: cuya conclusión fundamental es que mientras desarrollamos nuevos hábitos, nuestro cerebro evoluciona, se desarrolla y se adapta.

Como afirma el investigador Shawn Achor, en una serie de conclusiones publicada en la Harvard Business Review, un análisis realizado por 225 estudios académicos de los investigadores Sonja Lyubomirsky, Laura King y Ed Diener, encontró una fuerte relación causa-efecto entre la “felicidad” y los resultados exitosos en los negocios.

Y curiosamente, se han dado pasos más allá para determinar como unos simples ejercicios de apenas unos minutos cada día, realizados a lo largo de tres semanas, pueden elevar de manera considerable la productividad y la felicidad.

En diciembre de 2008, se realizó un estudio sobre trabajadores de la consultora KPMG, para ver si determinados ejercicios sencillos les podían ayudar a ser más felices. A cada trabajador se le pidió que eligiese un ejercicio de la siguiente lista, para llevarlo a cabo a diario a lo largo de tres semanas:

-Escribir tres cosas por las que se sintiese agradecido.

-Escribir un mensaje positivo a alguien de su entorno.

-Meditar en su mesa de trabajo por dos minutos.

-Hacer ejercicio 10 minutos.

-Dedicar dos minutos a escribir en un diario la experiencia más enriquecedora de las pasadas 24 horas.

El resultado fue espectacular. Midiendo una serie de índices en la “escala de la satisfacción de vida”-una métrica ampliamente aceptada como uno de los mejores predictores de los niveles de felicidad y productividad en el trabajo- los participantes en la experiencia pasaron de una media de 22,96 puntos a 27,23 puntos (en una escala que llega a 35). El incremento fue realmente espectacular, y en la mayoría de los casos, lo único que habían necesitado es un simple ejercicio diario de apenas dos minutos. Pero lo más sorprendente, es que un estudio cuatro meses más tarde, demostró que los efectos se mantenían en el tiempo meses después de que el experimento terminase.

Te animo a que pongas en práctica este sencillo ejercicio. A veces tratamos de buscar soluciones complejas, por que creemos que van a ser necesarios esfuerzos titánicos o grandes cambios para producir un cambio significativo en nuestros niveles de felicidad. Como demuestran esta y otras muchas experiencias, elevar tus niveles de felicidad y realización es mucho más sencillo de lo que crees.
Así que ¡Ponte en marcha!… Ya no hay excusa.

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