¿Es bueno tener ambición en la vida?

Ésta es la típica pregunta que suele hacer y que hoy vamos a intentar ayudar a responder mediante una clasificación interesante.

Existen dos tipos de ambición: la que proviene de la mente y la que proviene del corazón.

Con la primera es con la que se consiguen las cosas materiales. Es la que programa el cerebro casi desde que somos pequeños: tener un buen trabajo, una buena casa, un buen coche…Sirve para tener todas aquellas cosas de provecho para uno mismo, aun a costa de competir con los demás.

Sin embargo, la del corazón es con la que se consiguen otro tipo de bienes, tales como generosidad, honestidad, amor, inteligencia, altruismo, compasión. La ambición de corazón es pura, pues es la que lleva a vivir una vida auténtica, en busca de unos objetivos que están en perfecta consonancia con la forma de ser, pensar y sentir de uno mismo. No compite ni daña a nadie. Al contrario, sirve para ser mejor uno mismo, de forma que se benefician los demás.

La ambición de la mente y la del corazón no son excluyentes; son complementarias. La vida está “montada” de una manera que se necesitan bienes materiales para discurrir por ella con comodidad.

Ahora bien, el problema es que en muchas ocasiones, casi todos los objetivos personales vienen determinados por la ambición de la mente, y por tanto, tienen ese carácter material. Y quizás debería ser al contrario. Quizás deberían predominar los objetivos establecidos por la ambición del corazón. Así estaríamos más cerca de la felicidad.

4 comentarios de “Los dos tipos de ambición

  1. Josep Sanvisens dice:

    Totalmente de acuerdo Orfeo. Soy partidario de conseguir con la ambición de la mente tanto como se pueda, cuanto mas mejor, siempre que lo conseguido sirva de ayuda para lograr los objetivos planteados con la ambición del corazón. ¡Nunca al revés! Sirve la frase de: Gana dinero para poder ayudar a las personas. No utilices a las personas para que te ayuden a ganar dinero.
    ¡GRACIAS ORFEO!

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