Leer bien es un arte. Y llegar a dominar este arte no es fácil.
Toda lectura ha de pasar por dos fases muy definidas.
Esta fase es la más sencilla. De hecho, es en ella donde habitualmente se queda el lector medio, quien gusta de terminar un libro habiendo asimilado simplemente las ideas principales en él contenidas, para rápidamente comenzar la lectura del siguiente.
Esta fase no se produce inmediatamente después de haber concluido la lectura del libro, sino un tiempo después y tras un periodo de reflexión. De ahí la importancia de no iniciar inmediatamente otra lectura.
Alcanzar la maestría de leer bien no es fácil y requiere más tiempo y reflexión, pero compensa. Solo leyendo bien puedes extraer la esencia de un libro y, sobre todo, aprovecharla para crecer.