Todos en mayor o menor medida queremos mejorar eliminando algunos hábitos que sabemos que no nos aportan nada positivo a nuestras vidas. Y en muchas ocasiones ese esfuerzo por eliminar esos hábitos negativos no suele producir resultados duraderos a largo plazo. Seguro que en más de una ocasión has tenido la sensación de estar dando un paso hacia delante, y dos pasos hacia atrás. Quizás esto sea debido a lo que yo llamo la “falta de llenar los huecos”. Permíteme que te explique este sencillo concepto.
Lo que generalmente ocurre cuando tratamos de eliminar un hábito negativo, es que al hacerlo estamos creando un “hueco” en nuestra vida. La parte de nosotros que está acostumbrada a ese tipo de comportamiento siente que algo se ha perdido. Y entonces comenzamos a buscar alrededor algo con lo que llenar ese “hueco”. Y generalmente lo más cómodo, lo que menos esfuerzo implica, es llenar de nuevo el hueco precisamente con el comportamiento que habíamos eliminado.
Ahí es donde se encuentra la clave. Una vez eliminado un hábito negativo, hemos de ser conscientes de que se creará un “hueco” que tendrá que ser llenado. Y hemos de llenarlo rápidamente con un comportamiento alternativo que sea positivo. Utiliza tu creatividad para llenar esos huecos forjando nuevos hábitos positivos que no dejen espacio para el regreso de los negativos.
Con esta sencilla técnica te resultará mucho más sencillo cualquier proceso de cambio.
Es muy conveniente entender y obrar de acuerdo con este consejo que hoy nos das José Ma.
El hàbito antiguo que queremos eliminar lo tenemos arraigado con profundidad en nuestra mente, el nuevo hábito positivo que deseamos adquirir, es debil porque apenas ha empezado a nacer. En estas circunstáncias es muy fàcil caer en la tentación de encontrar una excusa para justificarnos y abandonar el cambio deseado.
Si entendemos esta idea, nos dedicaremos a reforzar el nuevo hábito positivo, al mismo tiempo que se ira debilitando el hábito anterior negativo, por falta de atención.
GRACIAS POR ESCRIBIR
Si analizamos aquellos intentos en los que hemos pretendido cambiar algo y no lo hemos logrado, nos daremos cuenta de que ineludiblemente en todos los casos hemos caído en el error de no «llenar el hueco» que ha dejado el antiguo hábito con un nuevo hábito positivo. Si no lo hacemos, nuestra «inercia» nos empujará a volver a llenar de nuevo ese hueco con el antiguo hábito no deseado. Es lo cómodo y fácil… Pero si tomamos la decisión previamente de que ese hábito será sustituido por otro positivo a través de un proceso que nos entusiasme… el éxito en ese cambio esta asegurado.
¡Muchas gracias Josep por el comentario!