Magnífico artículo de un amigo de nuestro blog:
LA COSECHA de 50 AÑOS DE MATRIMONIO:
Hace 50 años aceptamos que éramos distintos. Siempre lo hemos tenido presente.
Por ser diferentes nos comprometimos a hacer juntos la ruta de la vida porque éramos conscientes de que los dos nos necesitábamos.
Quisimos cambiar el mundo y conseguimos que el mundo no nos cambiara a nosotros.
Hemos compartido ilusiones, alegrías y desencantos; hoy seguimos compartiendo la esperanza de ser útiles a cuantos nos rodean.
Llamar al pan pan y al vino vino puede ser una insolencia pero entre nosotros no lo es porque nos reconocemos con criterios distintos.
Somos una pareja que por dialogar discute de continuo pero coincidimos contra la Injusticia, la falta de libertad, la opresión, la corrupción y la tentación de la codicia.
Soportarse no es difícil si el otro te gusta como es.
Sentirse juntos es sentirse a salvo de los miedos que acechan día a día.
Saber que tienes al otro no es sólo sensación de seguridad, es la felicidad de disfrutar la soledad en
compañía.
El tiempo deshizo el oropel del instinto. Ahora es más amorosa la ternura de las manos unidas esperando el sueño, que aquellas vigilias con el corazón perdido en la pasión.
Sufrimos cuando sufren los hijos pero procuramos que no nos arrebaten la paz. Reconocer que su vida es sólo suya ha sido la clave de nuestra grata convivencia familiar.
Al final, y después de 50 años, nos sentimos felices de que el tiempo, como a los fósiles, nos haya soldado en uno olvidándose de que siempre fuimos diferentes.
Pepe y Sol
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