Todos tenemos en nuestra vida determinados sueños que quedan dentro de nuestra capacidad, pero que no hemos alcanzado. Si tomamos algo de tiempo para determinar por qué no los hemos logrado, pronto descubriremos que siempre tenemos a mano una serie de excusas que nos estamos “vendiendo” a nosotros mismos como las causas de no haberlo logrado.
Y ese auto engaño lo que está evitando es que seamos sinceros con nosotros mismos. Etiquetamos como imposibles cosas que simplemente no son cómodas de hacer. Caemos en la tentación de tener siempre a mano excusas para justificar el por que no lo hemos logrado.

ES MAS FACIL PONER EXCUSAS QUE REALIZAR EL TRABAJO DURO NECESARIO PARA LOGRARLO.

Los sueños requieren esfuerzo consistente y trabajo duro. Imaginemos por ejemplo una persona que dice: “Me gustaría poner en marcha mi propio negocio, pero es imposible lograrlo”. Y viene diciendo lo mismo durante quince años. Lo que está diciendo en realidad es: “Me gustaría tener mi propio negocio si:

1.-Para ello no fuese preciso arriesgar todo lo que tengo ahorrado.
2.-Ni tampoco fuese necesario privarme de salir a cenar y de caprichos.
3.-O trabajar incontables horas sin garantías de que mi esfuerzo tendrá recompensa.
4.-O estudiar en los pocos ratos libres que tengo para mejorar mi preparación, etc…
Por eso durante quince años no lo ha logrado.

Simplemente se mantiene poniéndose excusas y no está dispuesta a poner el trabajo duro y el esfuerzo necesario para lograrlo. Sería más beneficioso para esta persona simplemente dejar de engañarse y reconocer que no está dispuesta a poner la clase de esfuerzo que será necesario para lograr su sueño.

La pregunta clave no es ¿por qué es esto imposible?, sino ¿qué es lo que no estoy dispuesto, o dispuesta a hacer? Cuando una persona decide dejar las excusas a un lado y decirse a si misma “Haré lo que sea necesario”, es cuando se pone a funcionar de verdad el mecanismo de la realización.

Detecta tus excusas, pulverízalas… y habrás dado el paso más importante para avanzar imparable hacia tus sueños.

Deja un comentario