Con la palabra daimon se designa una especie de energía interior que actúa en el seno de una persona como una especie de voz de la conciencia.
Sócrates decía que se dejaba orientar por su “dæmon”, lo llamaba “voz profética dentro de mí, proveniente de un poder superior», o también «señal de Dios“. Según el Sabio Clásico, el daimon es la voz de la interioridad, que le advertía cuando cometía errores. El daimon trataba de disuadirle, pero sin embargo, pero nunca le dijo qué hacer o qué no hacer.
Su gran discípulo, Platón, dio una definición de daimon al explicar de dónde procedía la “sabiduría” de su maestro Sócrates, La “sabiduría” de Sócrates parecía ser algo inducido por su Daimon, una fuerza que se le imponía, sin que su intelecto o su voluntad pudieran hacer nada por provocarlo o evitarlo; tan sólo podía aceptarlo y dejarse guiar por él. Se trataba, en este caso, de un dáimôn que inducía a realizar
Sócrates decía que había que escuchar al Dáimôn que nos advierte cada vez que obramos mal, afirmaba que aquel que estuviera acostumbrado a escuchar a su Dáimôn llegaba a un punto en el que no podía evitar obedecerle.
Sostuvo que todos poseemos un dæmon interior. De hecho, afirma, que el dáimôn, que habita dentro de cada uno de nosotros, es la facultad suprema y directiva del ánimo, lo que rige nuestra vida.
¿Será cierto?
Es la misma voz de la consciencia, que algunos atribuyen a la influencia de un guía espiritual, y que se manifiesta a través de ese potencial, que tenemos muy desarrollado a nivel humano, pero al que poco atendemos, llamada intuición, dada nuestra incredulidad. También nuestra propia alma hace parte de esa comunicación.
Si, estoy convencida de que el Daimon, existe en el interior de cada uno de nosotros. Es la voz interior que podemos escuchar siempre que deseemos, avisándonos de las consecuencias, buenas o malas de nuestras acciones , incluso de las de otras personas. Esa voz me ha revelado muchas veces lo que estaba por pasar, y siempre ha sido cierta.