Dalí y el retrato de Einstein. Ya sé que últimamente he repetido en alguna ocasión mi celosa relación con el tiempo. Y lo he hecho en diferentes artículos de manera más o menos explícita, por lo que ya va siendo hora que dé la cara y trate el tema un poco más centradamente.

No me perturba en exceso el Tiempo como marco de todo lo que acontece y que resulta inexorable. Con ese no se pude jugar: la apuesta es constante y es caballo ganador. No es ahí donde me detendría, sino en la percepción individual que cada uno tiene del mismo, tan curiosa como cada uno de nosotros.

Existe una linealidad clara y las canas te la recuerdan, ja, ja,…, pero la unión en tus recuerdos de las coordenadas temporales ya no está tan clara, y es algo que me resulta fascinante. Por ejemplo, puede parecer algo que nos haya sucedido hace unos meses como muy lejano y algo de hace muchos años pudiera resultarnos de la vigencia más absoluta.

¿Cómo es posible dicha percepción? Pues por ello, precisamente, porque nosotros sólo percibimos el tiempo;  y nos manejamos con los sistemas de división del mismo estándares desde hace muchísimos años, pero no sabemos más de él que nuestra propia vivencia. Se nos escapa en esencia y se nos escapará.

Incluso Albert Einstein, ese genio físico alemán que revolucionó la manera de entender el Cosmos, llegó a su magistral y archiconocido razonamiento de que el tiempo se deformará según la velocidad a la que viaje un punto A sobre otro B que se rige en la situación inicial de partida, pero que sólo es mensurable dicho tiempo por el observador que se desplaza a una velocidad de A en el caso A o una B en el caso B. En fin, una paradoja que a pesar de que sólo sería perceptible a casi la velocidad de la luz, lo importante es que sigue siendo una percepción de un observador a la velocidad que sea.

En el caso del famoso pintor Salvador Dalí, la idea caló profundamente al igual que en todos los coetáneos de la época, pero muy acertadamente se acercó a ella de una manera surrealista, es decir, desde la percepción onanista más individual posible y pintó unos relojes que se deformaban… Es en esa zona donde me encuentro más confortable, donde el retrato de Einstein también es resuelto por un observador que viajaba con sus pinceles y su bigote a otra velocidad. Y me encanta saber y creer que el tiempo, en cierto modo, lo podemos manipular. No vencer. Lo sé, pero…¡no me importa! Es suficiente motivación.

0 comentarios de “Dalí y el retrato de Einstein

  1. Jose manuel Sánchez Serrano dice:

    ¡Hola, admirado Josep!

    Este comentario no podía dejarme indiferente… Le agradezco enormemente todos y cada uno de ellos, pero hoy me has dado en el centro. Quizás sea el substrato del que estemos hechos, quizás sea lo único que tengamos (me ha parecido genial esta reflexión), mas coincidimos ambos en que lo más relevante es lo que hagamo con él, con el Tiempo, de forma consciente.

    Si está en todo lo que vamos haciendo, como no me cabe la menor de las dudas, atento a esta frase: «Hay que saber honrar el tiempo que posees». Ya lo entenderá y guárdela para usted.

    Con respecto a una carta escrita que recibí en la sede de nuesro grupo, no puedo más que reiterarte nuestro aprecio y valorar su caballerosidad, a la altura de todo lo que pregonamos desde Máximo Potencial. Intentaré pasar a saluarle en persona durante mi próxima estancia por sus tierras, tan amadas por mí.

    Gracias a usted y un sincero abrazo,
    Josémanuel.

    • Josep Sanvisens dice:

      ¡GRACIAS JOSÉ MANUEL!
      Si un dia podemos conocernos personalmente, me hará una gran ilusión y será un auténtico placer.

  2. Josep Sanvisens dice:

    ¡He oido tantas cosas sobre el tiempo! Que solo és una percepción, que realmente no existe, que és lo único que tenemos, que solo existe el presente, que es igual para todos… ¿Cual es la verdad? Depende del prisma a través del cual mire cada persona, el reloj i el calendario, la ciéncia, la metafísica, la espiritualidad…
    Para mi, sin cerrarme a escuchar ninguna opinion de nadie, prefiero pensar que es el mejor regalo y a la vez la mayor responsabilidad que Dios nos da a cada uno, implícito en esta experiència humana llamada vida. Venimos al mundo sin nada, marchamos sin nada, un tiempo es lo único que tenemos realmente. ¿Que hacemos con el?
    GRACIAS JOSÉ MANUEL

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