Los efectos de la televisión y los cuentos en los niños. Analizamos cómo deben ser las lecturas y los contenidos de la televisión infantil.
¿Te has preguntado alguna vez cómo son realmente los cuentos que leen tus hijos? ¿Y los dibujos animados y series que ven en la tv? ¿Sabes bien qué ideas o principios le transmiten?
Está claro que sus cuentos y teleseries les divierten, que son una distracción importante para ellos, pero ¿es eso lo único importante?
Aunque parezca una cuestión baladí, no lo es.
Tan importante es la cuestión que ya preocupaba hace 2.500 años. Fueron los sabios y filósofos clásicos griegos los primeros que se ocuparon de establecer las bases y requisitos que debían tener los cuentos infantiles.
Entonces no les llamaban cuentos, sino mitos o alegorías, y todos ellos debían tener un objetivo principal: que encaminasen a los niños hacia la virtud. Después debían conseguir que entretuvieran, que divirtiesen; pero ante todo debían enseñar al niño lo que era bueno y lo que era malo en la vida.
En primer lugar, los sabios clásicos partían de la existencia de un riesgo: “una criatura tierna no es capaz de discernir lo que es alegoría de lo que no lo es”. Y por tanto, los cuentos infantiles debían ser claros a la hora de presentar a sus personajes.
A partir de aquí establecían un principio básico: el protagonista del cuento debía llevar una vida o realizar tales hazañas que supusiera un verdadero MODELO para el niño. El protagonista debía ser un héroe que destacase por su valentía y justicia.
Lo que jamás debía contener un cuento infantil era:
– peleas o historias de odios
– monstruos “asustaniños”
– lamentos de personas insignes
– jamás un hombre mediocre, un villano o un esclavo podía ser presentado como un héroe.
– y por último, los cuentos y pasatiempos infantiles no debían buscar la risa fácil o inoportuna del niño pues, como decía el adagio latino, “risus abundat in ore stultorum” (la risa abunda en la boca de los necios).
Haciendo una trasposición de 2.500 años de estos requisitos, podemos tener un referente a la hora de analizar cómo son los cuentos, dibujos animados y series de tv que ven nuestros hijos hoy día.
El resultado del análisis comparativo con lo que decían los sabios, seguro que sorprende.
Los grandes dogmas que intentan imponernos el poder político, económico o religioso, empiezan siendo meras creencias infantiles. De ahí la absoluta trascendencia de vigilar qué ven o leen nuestros hijos. Y esa vigilancia, como dices, ha de ser muy activa pues en la mayoría de ocasiones el mensaje o valor que un programa o cuento transmite a los niños, se encuentra oculto.
Lo peor del tema es que este problema está afectando incluso a la educación escolar. Hace poco me quedé sorprendido al comprobar que un libro de primaria, más concretamente de Historia, contenía juicios de valor sobre hechos históricos.
Si. ciertamente, este tema es muy importante. Gran parte de nuestras creencias se forjan en la edad infantil y los cuentos y las series infantiles de TV tienen su parte de influéncia en la construcción de estas creencias.
En nuestra infáncia las brujas eran malas, los ogros además de malos, eran ricos y muy avaros, las madrastras despiadadas, el lobo un animal al se tenia que matar y las hadas buenas eran las salvadoras. Hoy dia la televisión es la gran entretenedora, mayormente con héroes, luchas y superpoderes.
Quizá lo peor sea que si un programa se ofrece con la etiqueta de «infantil» nos tranquiliza y no nos paramos a analizarlo, ni ayudamos al niño posteriormente mediante conversaciones, para que vaya formando su propio critério.
GRACIAS POR ESTA ADVERTÉNCIA.