Estamos acostumbrados a que los medios de comunicación nos presenten como héroes a las grandes estrellas del deporte, el mundo del espectáculo, de las finanzas… Y por descontado que entre todos esos ejemplos existen multitud de modelos que nos sirven de inspiración por todo el esfuerzo y dedicación que han sido necesarios para generar esos tremendos resultados.

Pero hoy mi artículo pretende ser un pequeño homenaje a esos miles y miles de héroes anónimos que con su esfuerzo desinteresado hacen más fácil la vida de otros seres humanos. Personas que, a través de simples actos de generosidad dedican una porción de su tiempo de vida, lo más precioso que poseen, a la labor de conseguir que otro ser humano se sienta amado, querido y comprendido.

Pienso ahora en todas esas madres y padres que ponen cada día un esfuerzo tremendo en intentar que sus familias funcionen de la mejor manera posible, robando horas al sueño, desviviéndose porque sus hijos se sientan queridos y valorados, trabajando duramente para que en casa se pueda vivir de una manera digna.

Pienso en los millones de personas que por los egoísmos de determinados «seres humanos» y un sistema incapaz de generar una prosperidad digna en todos los países, no pueden disfrutar de oportunidades para desarrollar su potencial, y se ven abocados a la realización de trabajos miserables por incontables horas simplemente para tener algo que llevarse a la boca.

Pienso en los millones de voluntarios, misioneros y personas de bien, que alrededor del mundo están dando su vida por aliviar y ayudar a quienes más lo necesitan. Son esas personas los verdaderos faros que alumbran a la humanidad mostrando el camino con su ejemplo de que un mundo mejor y más digno es posible si ponemos como centro de nuestra vida el AMOR.

Todas estas personas son mis verdaderos héroes. Héroes anónimos pero que alimentan la esperanza en que a pesar de toda la negatividad y mal que abunda en este mundo, no todo está perdido. Por eso, las personas de bien tenemos la responsabilidad ineludible de poner a trabajar nuestros dones y capacidades de algún modo en beneficio de los demás. Seguro que tienes alguna habilidad, o algo de tiempo libre, que puedes poner al servicio de los demás. Haciéndolo vas a aportar mucha felicidad a tu alrededor, pero te garantizo que además conseguirás de manera indirecta el mejor de los «premios» : una profunda sensación de realización por haber impactado positivamente la vida de otro ser humano. Y ese es el mayor de los regalos.

Vaya pues hoy mi saludo y reconocimiento más profundo a toda esa legión de héroes anónimos, ese tipo de héroes que no sale en los periódicos, ni en las noticias, pero que son los que realmente hacen que este mundo funcione y tenga esperanza.

0 comentarios de “Héroes anónimos

  1. Josep Sanvisens dice:

    Afortunadamente, si nos enfocamos a buscar y a ver héroes anónimos encontraremos muchísimos. Seguro que con varios de ellos nos cruzamos o hablamos cada dia. Los hay de todas las edades, desde niños a ancianos, tanto hombres como mujeres, dentro de todos los oficios o sectores, más ricos o más pobres. No hacen ruido, por eso pasan desapercibidos. Todos tienen un rasgo en común, se sacrifican para contribuir al bién de otras personas o de una causa noble, simplemente porque aman.
    Démosles nuestro reconocimiento y sigamos su ejemplo.
    GRACIAS POR ESCRIBIR

    • jmvicedo dice:

      Así es, Josep. Seguro que cada día interactuamos con muchos de esos héroes anónimos. Y una maravillosa forma de rendirles tributo es tratar a cada una de las personas con las que nos encontramos de manera excepcional. Ser fuerzas del bien, ahí reside una de las grandes claves de la realización.
      ¡Muchas gracias por el comentario!

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