Uno de los principales obstáculos que muchas personas tienen a la hora de lograr resultados en sus vidas surge del hecho de que tienen grandes objetivos a largo plazo, pero descuidan los objetivos a corto plazo.
Quieren por ejemplo llegar a la cumbre en sus profesiones, y se enfocan en ello, en lugar de enfocarse en los objetivos a corto plazo que les llevarían hacia ese gran objetivo. Pretenden comerse la tarta de un único bocado, cuando el camino adecuado es hacerlo un bocado a la vez.
Cuando se pretende lograr ese gran objetivo de una sola vez, lo más probable es que no se consiga. Son muy pocos los ejemplos de grandes realizadores que encontrarás que lo hayan logrado de esa manera. La mayor parte de personas que pretende avanzar de ese modo, termina fallando, y como consecuencia se desanima y abandona esos sueños.
Lee esto con atención: ¡No pretendas lograrlo todo de una sola vez!
El método adecuado es llegar a ese objetivo a través del logro de otros objetivos menores diseñados para hacernos avanzar en la dirección adecuada. Todos los grandes realizadores han cimentado sus éxitos en el logro de esos pequeños objetivos que les han permitido tener un enfoque claro de acción en el día a día.
Así que aunque tu objetivo sea por ejemplo llegar a la cumbre en tu profesión, necesitas empezar a planificar para desmenuzar ese gran objetivo en los “pasos naturales” (objetivos a corto plazo) que te llevarán hasta allí. Hazte una simple pregunta: ¿cuál es el siguiente paso que he de dar para avanzar hacia mi gran objetivo? Cuando hayas respondido a esta pregunta tendrás un objetivo alcanzable y adecuado para enfocar todos tus esfuerzos en él.
Uno de los grandes beneficios de establecer un plan de metas a corto plazo es que nos permite ir construyendo nuestra confianza conforme vamos logrando completar esas etapas. De este modo consigues crear inercia para facilitar tu avance hacia el siguiente nivel.
En resumen, ten grandes objetivos para que te sirvan de guía e inspiración, pero trabaja en tus objetivos a corto plazo que son los que te darán el avance. Asegúrate de que tus objetivos a corto plazo son lo suficientemente grandes para obligarte a desatar tu máximo potencial, y lo suficientemente pequeños para que sean manejables y alcanzables. Has de buscar ese equilibrio que solo tu puedes determinar. ¡Han de ser objetivos que requieran que te “estires” para lograrlos, y a la vez han de aportarte esa sana seguridad interior de saber que los puedes lograr!
Analiza tus grandes objetivos, y toma el tiempo necesario para desmenuzarlos en objetivos a corto plazo. Habrás dado de este modo el paso más importante para comenzar a llevar a la realidad tus mayores sueños.
Y después te queda la parte más importante…¡Acción, acción, acción!