Planifica tu vida. ¿Qué podría ocurrir si no lo haces? A la hora de plantearse uno mismo si debe dedicar un tiempo de manera consistente a la planificación de su vida, no hay ninguna razón más poderosa para invitarme a realizarlo que el querer ser dueño de mi propio devenir, el tener claro que la libertad, el albedrío es algo que no puedo delegar si de contarme dignamente entre los seres pensante se trata.
Aunque no lo creamos, cada vez, cada minuto, cada segundo que bailamos el son involuntario de la no consciencia, de la dejadez de funciones personales en las manos de otros, bien personas, bien entes, bien cualquier proceso de inercia que en último punto no converge con nuestro plan, es una oportunidad perdida que no volverá nunca. Será cada vez más difícil recuperar el camino, más complicado llegar a objetivos una vez marcados, pero el mero hecho de intentarlo nos transformará y nos predispondrá a encontrarnos y a encontrarlos.
Planificar es estudiarse, obligarse a preguntarse con sinceridad de qué pasta estamos hechos, en que quisiéramos apasionarnos, en qué basamos tantas y tantas excusas, cuándo el conformismo, la comodidad o los miedos nos introdujeron, casi sin solución de continuidad, en un guion ajeno a nosotros, ofreciéndonos un papel de reparto que nos ha dejado en el lado de los espectadores, realmente, en el de aquellos que disfrutan mirando las sensacionales vidas “couché” de otros o gozando del premio cautivador del rebaño, el tranquilizante mental que la mediocridad se inocula para no mirarse al espejo y espantarse mientras se peina a diario.
Efectivamente, ya sé que si no me preocupo yo de organizar las fuerzas de mi alrededor para enfocarlas hacia esperanzas que me motiven, que me hagan sentirme crecer, mejorar, dar más y, en definitiva, ser más digno del privilegio que tengo, la Vida se encargará de olvidar la mía y de mezclarme en su regazo junto a todas los granos recogidos de entre los huidos sueños y elaborar el pan que dará a las siguientes generaciones para que la naturaleza nos demuestre que el Tiempo lo olvidamos nosotros.
Planifica tu vida. No permitas que nada ni nadie decida tu destino.
Gracias por tu artículo José Manuel. Como comenta Josep Sanvisens, a veces uno planifica cosas que no son tan relevantes como nuestro futuro a mediano y largo plazo. Creo que como mencionas, es importante detenerse un momento para reflexionar y conocernos a nosotros mismos, y hacer un plan sobre como debemos de armar nuestra vida.
Me encantó: «cada segundo que bailamos el son involuntario de la no consciencia, de la dejadez de funciones personales en las manos de otros, bien personas, bien entes, bien cualquier proceso de inercia que en último punto no converge con nuestro plan, es una oportunidad perdida que no volverá nunca», efectivamente es una oportunidad perdida que no volverá nunca. ¡Excelente aporte!
Todos planificamos un viaje de unos dias sin dudar de la necesidad de hacerlo y nos cuesta planificar el paso por la vida, que es mucho mas importante. No se puede llegar nunca si no se sabe a donde se va.
GRACIAS POR ESCRIBIR JOSÉ MANUEL.