«La base para lograr la felicidad en la vida es tener algo que hacer, alguien a quien amar y algo que esperar.» -Joseph Addison
Si existe un anhelo universal compartido por todos los seres humanos, ese anhelo es la búsqueda de la felicidad. Y en esa búsqueda, existen tres claves que cuando están presentes, nos acercan en gran medida a lograrla.
Esas tres claves son bien sencillas:
-Tener algo que hacer.
-Tener alguien a quien amar.
-Tener algo que esperar.
TENER ALGO QUE HACER
Cuando mantenemos un propósito y dirección en nuestra vida, y avanzamos en sintonía con ello, estamos dando pasos hacia nuestra realización personal. Ya Aristóteles definió la felicidad como «Eudaimonia», que quiere decir «florecimiento humano». Cuando tenemos la sensación de que lo que estamos haciendo contribuye a nuestro desarrollo y evolución personal de manera positiva, nos sentimos bien.
Y por tanto, cuando optamos por la desidia o por la inacción, estamos abonando directamente el camino hacia la insatisfacción. Es muy difícil llegar a encontrar la felicidad cuando sabemos que estamos desperdiciando nuestro potencial.
Llenar nuestra vida de acción en sintonía con nuestros verdaderos anhelos y aspiraciones, es una puerta directa hacia la felicidad y la realización.
TENER ALGUIEN A QUIEN AMAR
Ninguna emoción supera en intensidad al verdadero amor. Esa clase de amor que nos hace ser capaces de darnos sin esperar nada a cambio. Seguro que en tu propia vida has comprobado en más de una ocasión que eres capaz de hacer más muchas veces por las personas a las que más quieres que incluso por ti mismo.
Cuando se trata de dar lo mejor de nosotros mismos por alguien a quien de verdad queremos, no suele haber excusas. Hacemos lo que sea necesario. Y lo que es más importante, en ese darnos, encontramos la esencia de una felicidad plena y verdadera que proviene de esa sensación maravillosa de sentirnos útiles para que la vida de otro ser humano sea mejor.
TENER ALGO QUE ESPERAR
En su maravilloso libro «El hombre en busca de sentido», Viktor Frankl afirma que la principal razón que diferenciaba a aquellos prisioneros que encontraban la fortaleza para sobrevivir en los campos de concentración de la Alemania nazi a pesar de todas las atrocidades que vivían cada día, era que mantenían en su mente la esperanza de un futuro en el que todavía tenían cosas que cumplir. Ese tener algo que esperar era lo que les daba la fortaleza necesaria para superar infinitas vejaciones y situaciones límite.
Los seres humanos necesitamos tener la sensación de que algo positivo nos espera en el futuro. Ese pensamiento de que tenemos una misión que cumplir en el futuro nos brinda la energía para tomar acción de manera poderosa y continuada en nuestro presente. Con la esperanza como guía es mucho más sencillo desatar nuestro máximo potencial en todo lo que hacemos.
Te invito a reflexionar sobre estas tres claves, y lo que es más importante, a darles la importancia que merecen en tu vida. Darás un paso muy significativo hacia tu realización personal.