¿Te gustaría conocer las claves del cambio?
Por cambio podemos entender la modificación de algo previo. Liderar el cambio significa llevar a nuestra organización de la posición, condición o estado actual a alguna posición, condición o estado ideal para algún tiempo en el futuro. El cambio es una necesidad de supervivencia para todo tipo de compañías, al tener que adaptarse a las exigencias del cliente, la creciente competencia, y a la diversificación de gustos y gastos de los clientes. Como decía Shakespeare, «el tiempo y la marea ni se paran ni esperan», y nuestros competidores mucho menos.
Si está convencido de que tiene que cambiar le proponemos algunos aspectos en las que pueden ser más intensivas sus claves del cambio :
1. Refresque su visión
Para que el proceso de cambio sea eficaz se necesita una visión acertada a largo plazo y una estrategia definida. Cambiar por cambiar no tiene ningún sentido, el cambio exige una visión de adónde ir, que permita vincular cada iniciativa con objetivos concretos.
Decía Séneca que «ningún viento es favorable para el que no sabe a dónde va». Es imprescindible desarrollar una visión de negocio en la que concretemos dónde queremos que esté nuestra compañía a medio plazo y cómo vamos a lograrlo, definiendo unos objetivos claros y compartidos por toda la organización. ¿Quizás sea el momento del refresco?
2. Modelo de negocio: ¿algo que cuestionarse?
Cuestionarnos el modelo de negocio es cuestionarnos cómo competimos, cómo conseguimos ventajas competitivas y se las hacemos llegar al cliente y sobre qué elementos diferenciadores, duraderos, difíciles de imitar y apreciados por el cliente se deben basar.
Para crear un negocio robusto, rentable y sostenible necesitamos cuatro ingredientes: diferencia, pasión, drivers y ventajas. Esto es equivalente a responder a las siguientes preguntas: ¿en qué puedo ser el mejor y diferente?, ¿disponemos de un equipo apasionado?, ¿qué palancas harán mi negocio rentable y sostenible? y ¿qué ventajas puedo aportar a mis potenciales clientes?
3. Mucho «thinking» y poca implantación
La estrategia no sólo la debemos entender como un modo de pensar sino como una forma de hacer. Esto será posible si en toda la organización existe una cultura que oriente los esfuerzos diarios, transformando las diferentes iniciativas en acciones infalibles. Diseñe un plan de acción a corto, medio y largo plazo, defina responsables, establezca hitos intermedios y oriéntese a resultados. Desarrolle una cultura de disciplina, cuando esto se consigue no se necesita jerarquías inútiles o controles asfixiantes. Sea sicario de guante blanco y fanático del cumplimiento.
4. Más incertidumbre: ¡actúe!
Los aciertos pasados, en entornos diferentes como los actuales no garantizan éxitos futuros. No descubro nada nuevo si afirmo que el nuevo entorno se caracteriza por más variables, más interacción entre las mismas, y por tanto, por más consecuencias impredecibles que genera aún más incertidumbre. En muchas organizaciones se pasa demasiado tiempo hablando de lo que tenía que haber ocurrido, lamentándose de la mala suerte que nos acecha, y sin tomar decisiones.
Nuestra recomendación es que se centre en el futuro, en lo que queremos que ocurra, y que se gestione menos con el retrovisor. No confíe en la buena suerte. No se quede de brazos cruzados. Si usted no lo hace nadie lo hará por usted y otros ya lo pueden estar haciendo (los competidores no duermen). Seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes es una ingenuidad. Piense que la mayor ventaja competitiva es la capacidad de aprender más rápido que la competencia.
5. Lo urgente prevalece sobre lo importante: fije las prioridades
Con frecuencia vemos a equipos directivos centrados exclusivamente en cuestiones operativas que empantanados en el día a día están llevando al barco a fondeaderos que hace muchos años dejaron de ser apetitosos. Si quiere que su compañía siga sobreviviendo, debe ser consciente de lo que realmente es estratégico, darse cuenta en qué decisiones se juega el futuro de su compañía. No confundir lo estratégico (lo importante) con lo operativo es el primer requisito.
Claro que si no resuelve adecuadamente los problemas operativos puede tener consecuencias irreversibles para su organización. Pero la gestión operativa, en donde prevalece lo urgente, no pueden ser las orejeras que nos impidan ver problemas latentes y de calado estructural. Fomente la gestión estratégica, gestione con luces largas y con visión global. Tome decisiones pensando en la sostenibilidad de su negocio, con perspectiva.
6. Cuente con los mejores
La calidad de la estrategia depende de quien la implanta. La mejor estrategia no llegará a buen puerto si el equipo no tiene el talento adecuado. Por enumerar algunas de las cualidades de nuestro equipo podemos citar, entre otras, la capacidad, compromiso, visión global y constancia. El equipo tiene que tener muy claro que la batalla durará más de lo esperado y que muchas veces será una labor de años.
Lo primero que debe hacer un buen líder es subir al autobús a la gente adecuada, hacer bajar a las inadecuadas (podar el árbol) y colocar a la gente en los asientos correctos, para posteriormente averiguar hacia dónde dirigirse.
Conclusión
El cambio no es sencillo y los frenos al cambio son numerosos: oirá voces que le persuadirán, «tranquilo, se trata del arrebato de todos los años, en unos días se le pasará, no es para tanto», «para qué se va a complicar la vida, esto supondrá emplear recursos (y la caja no está para muchos sustos), además ya estamos empezando a ver brotes verdes, y ya hemos hecho suficiente durante estos últimos años».
Espero que tras leer lo comentado, sienta que la necesidad de cambio es apremiante. ¡Mañana quizás pueda ser demasiado tarde! Sin lugar a dudas, no es un proceso sencillo pero si reconocemos que debemos cambiar el viento empieza a soplar a nuestro favor.
El cambio es constante y permanente, lo queramos o no, Quienes no se adapten a los cambios no se quedan como están, al contrario, retroceden.
Esta idea puede dar miedo si vemos los cambios como un peligro para nuestra situación actual y puede dar grandes esperanzas a quien se enfoca a descubrir oportunidades en el hecho de satisfacer nuevas necesidades o servicios, que también se producen debido al cambio.
GRACIAS JOSE MANUEL
Muy bueno. Lo que más cuesta es salirse de la «zona de confort». Allí donde uno se encuentra bien porque sabe lo que hace y le da resultado…hoy.