No es lo mismo ser un profesional autómata que un profesional natural. El factor que establece la diferencia es el amor por lo que se hace; eso que algunos llaman vocación y que se manifiesta en algunos signos externos como éstos:
-el profesional autómata suele «dejarse llevar» en su trabajo, limitándose a cumplir lo que otros le han impuesto. El profesional natural, aunque tenga que obedecer, siempre piensa antes de actuar y se hace preguntas tan poderosas como: «¿cuál es la mejor manera de hacer esto?
– el profesional autómata trabaja por dinero exclusivamente y, por tanto, siempre piensa en él a la hora de tomar cualquier decisión. El profesional natural no piensa en el dinero; piensa en hacer las cosas lo mejor que pueda y en dar lo mejor de sí mismo. Sabe que así vendrá el dinero.
– el autómata «vive de» su profesión; mientras que el profesional natural «vive para» ella. La diferencia está en entender la profesión bien como un simple medio para conseguir cosas (dinero, relaciones, etc), o bien como un fin en sí mismo, a través del cual desarrollarse personal y profesionalmente.
– el profesional autómata tiene un horario preestablecido, que puede alargarse, pero que determina las horas durante las que ejerce su profesión. Al acabar ese horario, este profesional ya no ejerce y hasta se olvida de que lo es. El profesional natural, lo es durante las 24 horas del día. Parte de esas horas las ocupa en su lugar de trabajo y parte fuera de él, aprovechando el tiempo en tareas que le repercutirán positivamente tanto en su trabajo como en su vida personal (leyendo, formándose, etc.).
– el profesional natural siempre será un ejemplo para quienes quieran seguir su camino. Cuando hable de su trabajo, nadie detectará en él una impostura, sino un amor y una creencia absoluta en lo que hace. Además, la humildad será otra nota que le distinguirá.
En definitiva, podríamos decir que uno trabaja de profesional y el otro es un profesional. Dijo Shopenhauer que cuando uno ve las huellas que ha dejado un caminante en la arena de la playa, puede observarlas y adivinar el camino. Sin embargo, para sentir algo parecido a lo que sintió el caminante es preciso recorrer ese mismo camino, sintiendo la arena en los pies a cada paso, la brisa en el rostro, el sonido del mar durante el trayecto.
Cada día nos encontramos con ejemplos que dignifican esta diferencia. ¿Es lo mismo un profesor y un maestro? ¿Y un fabricante y un artesano? Seguro que hay muchos más ejemplos. Incluso alguno cercano. Demasiado cercano
Muy acertado el argumento. Debemos tratar de ser creativos, mas no reactivos, disfrutando de ejecutar lo «ordinario» extraordinariamente bien!
Totalmente de acuerdo con todas estas observaciones Orfeo y podríamos encontrar más diferencias. Creo que puedo contar con tu permiso para añadir una que para mi también es significativa: El autómata solo se enfoca en su trabajo y lo hace por obligación, el natural se enfoca en el resultado de su trabajo y lo hace porque le gusta ser útil sirviendo a los demás.
MUCHAS GRACIAS POR ESCRIBIR.