1.-Empieza cada día con expectativa positiva.
Nuestras expectativas tienen una importancia tremenda a la hora de determinar nuestros estados emocionales. Hay quienes esperan que todo les salga mal, y generalmente terminan viendo como esa clase de pensamientos se transforman en una «profecía» de autocumplimiento.
Decide empezar cada día esperando y confiando en que todo saldrá bien. Dite a ti mismo: «Hoy tengo la sensación y la confianza de que todo va a salir bien»… Con esa actitud estas maximizando las posibilidades de atraer a tu vida las situaciones, contactos, relaciones,etc… que pueden ayudarte en el avance hacia tus objetivos. La expectativa positiva es un elemento tremendamente poderoso para crear una dinámica de avance positiva en tu vida.
2.-Haz un ayuno voluntario de informativos y tele basura.
Mucho más importante que hacer una dieta alimenticia es hacer una dieta mental. ¿Por qué permitimos que se nos llene la mente de negatividad? Todavía no conozco a nadie que se sienta mejor después de ver un informativo que antes de comenzar. No podemos esperar que llenando nuestras mentes de negatividad nos vayamos a situar en estados emocionales de plenitud de recursos.
Utiliza ese tiempo para alimentar tu mente de manera positiva. Consume contenidos que potencien lo mejor de ti y te impulsen en tu desarrollo personal. La diferencia en tu capacidad de acción y tus niveles de felicidad será tremenda.
3.-Regala a los demás cosas que no cuestan nada, pero valen mucho.
Todos podemos regalar cosas maravillosas a nuestro alrededor de manera constante. Son cosas que no cuestan nada, pero valen mucho: una sonrisa, una palabra sincera de aliento, un saludo atento, un «gracias» sincero,… La lista es interminable y apenas te costará nada hacerlo. Pero el impacto que puedes generar a tu alrededor puede ser de tal intensidad que dure toda una vida. Nunca lo olvides.
4.-Utiliza un lenguaje positivo y huye de las conversaciones negativas.
Un simple cambio en el lenguaje que sueles utilizar puede producir un cambio más allá de lo que puedas imaginar en tus niveles de felicidad. Empieza a tomar conciencia de la clase de lenguaje que utilizas habitualmente para comunicarte con los demás, pero sobre todo para comunicarte contigo mismo. Y empieza a valorar si es la clase de lenguaje que te potencia o te limita… Tal vez ha llegado el momento de ser mucho más cuidadoso con el lenguaje utilizado en tus comunicaciones y empezar a utilizar palabras y expresiones que potencien lo mejor que hay en ti en lugar de hundirte en la miseria.
Y paralelamente, trata de evitar todo ese tipo de conversaciones tan comunes en las que no se habla de nada, se critica todo y prima la negatividad. Busca asociarte y conversar con personas que mantengan una actitud positiva ante la vida. El positivismo y el entusiasmo son contagiosos.
5.-Haz al menos una pequeña cosa agradable que te entusiasme cada día.
En las 24 horas que tiene cada día, seguro que si te lo propones puedes encontrar unos instantes para realizar al menos una pequeña cosa que sea realmente agradable para ti. Puede ser algo tan sencillo como tomar en un ambiente relajado un té o leer unas páginas de un tema que te apasione o simplemente dedicar un rato a escuchar tu música favorita… Esos instantes son como un «oasis» que nos hacen renovar energías.
6.-Termina cada día con unos instantes de agradecimiento.
Los seres humanos tendemos a fijarnos demasiado en aquello que creemos que «nos falta». Y en ese proceso dejamos pasar la oportunidad de fijar nuestra atención en lo afortunados que somos en otras muchas áreas. Dedicar unos simples instantes para dar gracias por todas las bendiciones que hay en tu vida puede contribuir enormemente a tu felicidad. Cuando uno empieza a enfocar en la dirección positiva su experiencia vital se transforma.
7.-Céntrate en el presente, perdónate por tu pasado y evita las preocupaciones a futuro.
Lo único que nos pertenece en realidad es el presente. El pasado es inamovible, y la única forma de volverlo «correcto» es a través de los cambios que pongamos en marcha en cada instante de nuestra vida para terminar generando un futuro diferente y mejor.
Céntrate en el ahora y empieza a saborear en su plenitud cada instante de tu vida. Muchas veces las lamentaciones por el pasado o las preocupaciones por el futuro, nos roban un presente que se va escapando entre los dedos… Si lo miras del modo correcto, cada instante de nuestra vida es una nueva oportunidad de comenzar de nuevo y crear en el proceso una aventura apasionante repleta de momentos especiales, que en la mayoría de los casos dependen básicamente de la actitud con la que decidimos vivir.
Como decía Victor Frankl, el ser humano es poseedor de la libertad ultima: elegir en cada instante como se quiere sentir. Ahí tenemos sin duda una gran clave hacia la felicidad.