Era una cena benéfica. En la mesa coincidimos personas que hasta ese día apenas nos conocíamos entre nosotros. Hechas las presentaciones de rigor, uno de los comensales acaparó casi todas las conversaciones. Era un exitoso hombre de negocios al que la fortuna le había sonreído. Hablaba y hablaba sin parar. Ocasionalmente cedía la palabra a alguien…