Os paso este artículo de Carlos Carnicero que habla de productividad y en el que se pone un curioso ejemplo. Dedicado a los futboleros del blog. Productividad y fútbol.
EL BARÇA COMO PARADIGMA
España necesita una profunda revolución de su economía para lograr tener una especialización en su sistema productivo. La productividad y la innovación son los nortes de esa transformación. Pero tenemos el Barça como espejo. Un proyecto bien definido, los medios para realizarlo y el respeto por todos los que participan en él. La formula no es complicada, pero hace falta creer en ella.
Me entusiasmo el Barça en la final del Mundial de clubes. La rutina de la belleza nunca agota. ¡Maginstral¡
Siento anunciar que este comentario no va a ser sobre fútbol sino sobre productividad. Suena duro, pero creo que no lo es tanto. Lean.
El Barcelona lleva ganados en los tres últimos años 13 de los 16 torneos en los que ha participado. Tiene su fútbol, además del resultado, el orgullo de las cosas bien hechas, del trabajo realizado con amor. También juega un papel importante el que el Barça es producto de la casa, hecho con artesanía y acabado, con una marca de origen que da testimonio de su calidad. Decir Barça, sin más, es hablar de buen fútbol. Se vende solo.
Hay estrellas, muchas estrellas en su vestuario; pero juegan todos para todos: sin elitismos ni narcisismos. Cuando juegan piensan en ganar pero sobre todo en dar satisfacción a sus seguidores. Han conseguido que tan importante sea el resultado como la calidad.
¿Estamos hablando de productividad? Sin duda.
En estos tiempos de crisis podríamos mirar al Barcelona como un ejemplo a seguir en los comportamientos económicos y empresariales. Los parámetros de su gestión deportiva pueden ser copiados por cualquier empresario y tendrá éxito. Solo con una condición. Los resultados tardan en verse y se logran solo si se es persistente.
El fenómeno del seguidismo que había por el Madrid se ha cambiado por fascinación mundial por el Barcelona. Dos modelos que tienen poco que ver. Ahora, fuera de España, lo que se ven, sobre todo, es camisetas del Fútbol Club Barcelona.
En estos tiempos de crisis podríamos mirar al Barcelona como un ejemplo a seguir en los comportamientos económicos y empresariales. Los parámetros de su gestión deportiva pueden ser copiados por cualquier empresario y tendrá éxito. Solo con una condición. Los resultados tardan en verse y se logran solo si se es persistente.
Todos los trabajadores de la empresa deben ser agradecidos en la importancia del papel que desempeñan. No puede haber diferencias abismales en la gratificación entre ellos y con sus directivos, porque la esencia del reconocimiento está en la proporción en que se realiza para todos. Si el presidente de una empresa gana mil veces el salario de quien limpia su despacho, no tiene cabida en esta fórmula.
La productividad no se logra contratando barato y despidiendo barato. Hay que elegir bien a quien se contrata y garantizarle los entrenamientos necesarios en una formación continuada. Si el conjunto de los trabajadores se siente orgulloso de lo que fabrican, el producto será mejor. Así se podrá lograr el prestigio de la marca. La clave está en la formación continua, en el trabajo en equipo, en la solidaridad de grupo y en las gratificaciones proporcionadas y responsables. Parece fácil, pero de momento no es una conducta generalizada. Por lo menos tenemos al Barcelona.
Por cierto, la foto afortunadísima…(ya sabéis que los genes…).
Interesante… Yo que soy de los futboleros debo reconocer que no se me habría ocurrido nunca, pero sí que tenía una especie de intuición al efecto.