Se hacen más claros los días y todo se perfila con perfección en el horizonte. Los días ventosos siempre nos devuelven una atmósfera que no enturbia lo más mínimo nuestro mirar. Hasta podría decirse que el frío que suelen traer nos regala una imagen más fresca de nuestro entorno. El viento ha pasado y ha barrido hasta los susurros: tenemos otra oportunidad.
Puestos a pensar en el campo de la superación personal, también encuentro unos días que me parecen más cristalinos que otros. A veces, unas ráfagas de sinceridad a modo de golpes de aire nos dejan un panorama límpido que, lejos de ser un ejercicio realista connotado de negatividad, se convierte en el mejor de los horizontes internos.
Ser sincero es aceptar el viento dentro de uno mismo. Y no pasa nada. Si estamos preparados y programados para avanzar sin descanso en pos de nuestros sueños, esto no es más que un sano resultado de todo ello, una escala que nos permite evaluar y decidir nuevas estrategias y nuevos objetivos con la mayor de las claridades.
Hoy proclamo que el viento que más limpia en nuestro interior es la sinceridad. Y a ser sincero, todavía tengo mucho que mejorar y pelear con respecto a mis bases de propósitos de este año que empieza a declinar, pero con qué gusto puedo decir que he avanzado muchísimo.
Me voy a seguir dejando llevar por este viento de Máximo Potencial que tanto bueno me ha traído…
(*) Fotografía : crabchick (Flickr)
Buena analogia, la de la sinceridad para limpiar nuestro interior con la del viento que limpia nuestra atmósfera exterior.
Esta sinceridad interior creo que también equivale a valentia para pelear con las bases de propósitos que nos indicas José Manuel, especialmente en términos de coherència entre lo que pensamos lo que decimos y lo que hacemos.
Sin lugar a ninguna duda. Máximo Potencial es y ha sido, también para mi, un excelente viento desde hace muchos años.
¡Gracias por escribir!