En cierta ocasión leí la respuesta que dio un personaje de tremendo éxito a la pregunta de si tenía algún consejo que dar a quienes desean triunfar. Respondió que el éxito es cosa verdaderamente sencilla.

En primer lugar, hay que determinar con claridad donde se quiere llegar.
En segundo lugar hay que decidir si se está dispuesto a pagar el precio necesario para alcanzar ese objetivo.
Y luego, hay que pagar ese precio.

Este tercer factor es el determinante del éxito. No basta con saber lo que se quiere, y con saber que tendremos que pagar un precio. Después hay que tomar acción masiva y pagar ese precio.

Y aquí es donde entra en juego la determinación. La determinación es la pieza que falta para convertir en realidad los sueños de millones de personas. Es increíble el número de personas que alrededor del mundo se hallan paralizados por la falta de determinación; o lo que es lo mismo, que se hallan atacados por lo que yo llamo el «asesino» de la postergación. Y le llamo asesino porque cuantas vidas que podrían haber sido ejemplos inspiradores se han quedado en simples vidas mediocres debido a que estas personas han permitido que el hábito de la postergación anide en ellas.
Deacuerdo con el diccionario, postergar significa «Aplazar una acción, demorar y posponer hasta otro día u otro momento.»

Seguro que has escuchado miles de veces el dicho: «Nunca dejes para mañana lo que puedas hacer hoy». Pues bien, hay multitud de personas que han creado una variación de este dicho afirmando: «Nunca hagas hoy lo que puedas dejar para mañana». Pero desafortunadamente ese mañana nunca llega para millones de personas. Dejan para mañana el avance hacia sus sueños, sin darse cuenta de que lo que realmente están haciendo es matar esos sueños lentamente y caer en la gris mediocridad.

Así vemos que innumerables veces se repite la historia del muchacho que dice «Cuando sea mayor». Cuando llega a mayor, entonces afirma: «Cuando me case». Luego, el pensamiento cambia a: «Cuando me jubile». Y cuando por fin llega la jubilación, vuelve la mirada hacia atrás en su vida, para ver el camino recorrido, y entonces llega la tremenda desilusión.

Recuerda siempre que alcanzar el éxito y permanecer postergando tareas son dos factores totalmente incompatibles. Si de verdad deseas triunfar vas a tener que hacer algo al respecto y destruir el hábito negativo de la postergación.
No nos llevemos a engaño. La mayor parte de las personas somos en mayor o menor grado postergadores. Preferimos dejar siempre para otro momento las tareas, sobre todo cuando son algo pesadas o de cierta envergadura. La actitud de las personas que han hecho de la postergación una forma de vida, puede resumirse en la frase siguiente: «Si espero, y no hago nada, quizás las cosas se solucionarán por si solas.»
Pues bien, recuerda y grábalo con fuego en tu mente: «Las cosas jamás mejoran solas; siempre permanecen tal y como están. En todo caso las cosas cambiarán, pero no mejorarán a menos que emprendas con determinación total la acción masiva necesaria que hace que las cosas sucedan. Tu vida solo comenzará a ser mejor cuando tu comiences a tomar acción para mejorarla.»
¡Son tiempos de ACCION!

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