Lo que voy a mostrarte a continuación de una manera muy gráfica es el elemento que muchas personas no quieren aceptar como necesario para alcanzar sus mayores sueños.
Pero se trata de un elemento imprescindible en todo proceso de materializar sueños. La diferencia entre donde estás y donde te gustaría estar son simplemente montones y montones de trabajo. Tan sencillo como eso. Cuando antes lo aceptes y lo asimiles, mejor.
Los grandes realizadores no consiguen sus maravillosos resultados fruto de la casualidad o la suerte. En la práctica totalidad de los casos el gran «secreto» de su éxito son esos montones y montones de trabajo en la sombra. Cuando los focos no están encendidos, cuando no hay aplausos ni felicitaciones,… horas y horas dedicadas a pulir y trabajar su maestría.
No te autoengañes, cuanto mayores sean tus sueños, mayor esfuerzo van a requerir. Asumir esto es el primer paso para trazar un plan verdaderamente efectivo que te permita lograrlos. Recuerda que existen pocos objetivos imposibles, lo que si que existe en abundancia son plazos irreales o pretensiones de lograr esos objetivos aplicando la ley del mínimo esfuerzo.
Ponte en marcha y empieza a poner el trabajo necesario. Asimilar cuanto antes este principio es una de las claves fundamentales para el logro de tus mayores aspiraciones.
Una verdad muy obvia y a pesar de ello muchas veces no la tenemos presente. La tendéncia a buscar atajos que no existen y a ver golpes de suerte irreales en los demás es muy fuerte.
El único lugar donde se encuentra el éxito antes que el trabajo es en el diccionario. No debemos olvidarlo nunca.
GRACIAS JOSÉ Ma. UN ABRAZO