Existe una decisión, que cuando es tomada de manera absolutamente comprometida, tiene el poder de transformar tu vida de una manera espectacular. Cuando se comprende esta poderosa idea, y se da ese paso, literalmente todo se transforma.
Y esa decisión consiste en vivir tu vida en sintonía con lo que es tu verdadero y máximo potencial. Esa simple decisión de elevar tus estándares en la vida, para no conformarte ya jamás con vivir por debajo de tu potencial, lo transforma absolutamente todo.
Si no tomas una decisión acerca de como quieres vivir, entonces has tomado de hecho una decisión, ¿verdad? La decisión de dejarte dirigir por las circunstancias o por las opciones más fáciles del momento, en lugar de darle forma a través de la acción a tu destino.
Y eso es lo que hace la gran mayoría. Si hoy no se sienten con el ánimo adecuado, rompen su compromiso de hacer ejercicio todos los días, o de comer de manera saludable. Si hoy se sienten algo cansados, dejan de dedicar esos treinta minutos a los que se habían comprometido para trabajar en un determinado proyecto. Si no se sienten con la energía adecuada, no dedican el tiempo que tenían previsto a ayudar a sus hijos en sus estudios,… Supeditan su rendimiento a como se sienten en cada instante. Y esa es una ruta directa a la infelicidad y a las lamentaciones en el futuro cuando lleguen resultados nefastos, o lo que es peor, inexistentes.
Los grandes realizadores utilizan la ruta inversa. A pesar de no tener el ánimo adecuado, si se han comprometido a hacer ejercicio, ¡lo hacen! A pesar de estar cansados, si se han comprometido a dedicar tiempo a un proyecto, ¡lo dedican! Y a pesar de no sentirse con la energía adecuada, si tienen el compromiso de ayudar a sus hijos en los estudios, ¡les ayudan! Y ese firme compromiso de vivir su vida en sintonía con su máximo potencial, independientemente de como se sientan en cada momento, marca la gran diferencia. Les termina llevando a vivir una vida de auténtica realización y logro.
Tu vida cambiará en un solo día. El día en que determines no solo lo que te gustaría lograr y realizar, sino el día en que decidas que estás comprometido a ser, hacer y tener en tu vida. Nunca te conformes con menos de lo que tu potencial te permite conseguir; ese es el camino directo a las lamentaciones.
Cuando tomas la decisión de no aceptar ni un minuto más de mediocridad en tu vida, todo se transforma. Es una simple decisión de elevar los estándares, que lo cambia todo.
Si no establecer una línea base estándar que marque lo que estás dispuesto a aceptar en la vida, te puedes encontrar fácilmente cayendo en comportamientos actitudes, o una calidad de vida, muy por debajo de lo que mereces. Necesitas establecer y vivir bajo unos estándares, independientemente de las circunstancias que te rodeen en la vida. Incluso cuanto todo aparentemente salga mal, tienes que mantenerte comprometido con tu decisión de vivir en sintonía con tu máximo potencial. Y esa decisión, terminará transformándolo todo. Porque siempre todo cambio se inicia primero en tu mente. Y ese cambio mental se traduce en una mejora de tu actitud, que finalmente tiene un impacto fundamental en la clase de resultados que terminas generando.
Un compromiso que has de adoptar firmemente:
Romper promesas que te hagas a ti mismo es simplemente inaceptable.
Si te has marcado un nivel de estándar de rendimiento en sintonía con tu máximo potencial, no rompas bajo ningún concepto ese compromiso. Aunque constantemente suenen cantos de sirena que te impulsen a adoptar el camino más fácil y sencillo. Mantente firme en tu compromiso, porque te estás jugando la recompensa definitiva: vivir una vida de auténtica realización que solo llega cuando sabes en tu interior que estás desatando tu mejor versión en cada instante.
Así pues, traza ese nivel de estándares en sintonía con tu mejor versión, y comprométete a vivir y comportarte a ese nivel. Te garantizo que no podrás creer las maravillosas recompensas que te aportará el hacerlo. Merecerá la pena cada gramo de esfuerzo puesto en el empeño.
Hacernos una promesa y cumplirla tiene un doble resultado. El de avanzar en la dirección del objetivo al que pertenece la promesa y el de reforzar nuestra autoestima en el sentido de que «yo me hago una promesa y la cumplo».
¡Excelente José Mª!
GRACIAS. UN ABRAZO
Así es, Josep. y para mi todo se centra en tomar la verdadera responsabilidad por nuestras vidas. Hasta que eso no sucede, no arranca ningún proceso de desarrollo personal. Pero cuando hay sinceridad y después compromiso, ¡todo es posible!
Muchas gracias por el comentario y un fuerte abrazo.