Celebrando cada instante. La felicidad en el ahora. Disfrutando al máximo del camino.

¿Cómo se alcanza la felicidad? ¿Por qué es importante disfrutar del camino?

1.- Estado básico en perfecto estado.

Si has entendido todo lo expuesto en los artículos de este blog, a estas alturas ya debes ser muy feliz. Tan sólo con ser consciente del regalo como ser humano que tu propia maquinaria, tan maravillosa y en la que estás inmerso, te ofrece al disponer de las herramientas necesarias para transformar tu voluntad en hechos y éstos, a su vez, en tu camino ideado, creo que es algo insuperable.

Por ello me atrevería a decir que tu estado básico para afrontar todo aquello que deseas ya está en perfecto estado de revista, ¿no crees? Todo lo que necesitas para convertirte en alguien que haya mejorado las facetas que le interesan lo tienes a tu disposición, y esa noticia es, en sí misma, una fiesta que no te puedes perder.

Si tuviéramos que valorar el punto de partida de las personas en pos de sus éxitos, todas partiríamos desde la parrilla con los mejores monoplazas que existen, con auténticos fórmulas uno. De acuerdo que cada uno posee por naturaleza algunas habilidades o predisposiciones que otros no tiene, pero es algo que le sucede a todo el mundo.

Luego, juega tus cartas y explota tus virtudes: en esa carrera que es la vida y en la que se juega todo a unas vueltas (no hay más circuitos ni es un entrenamiento), hay que darlo todo y confiar en tus posibilidades, pues coche, lo que se dice coche, dispones del mejor.

2.- Caminar es el éxito.

El éxito verdadero no es mensurable a ojos externos. Sí es constatable por los logros que te vayan acompañando a lo largo de tu desarrollo, es decir, los demás podrán ver que has conseguido tal cosa o tal otra, sea en el terreno que sea, pero no podrán saber si eres feliz. Eso sólo lo sabrás tú.

Pues bien, para ser feliz no se necesita más que tu propia aprobación para contigo mismo, que tu nivel de aceptación de las circunstancias en todo momento se adapte a tus exigencias. Conseguido ese punto, conseguido todo. No es fácil, pero comprender que la meta más importante es, como en la forma verbal del idioma inglés, un “presente continuo”, un constante gozo por tu propio estado de autorrealización y de comprensión del mundo, y de tu papel en él, el cual ha sido diseñado por ti encima… ¡Qué maravilla permanente!

Cuando te hayas entrenado en mejorar tu rendimiento e intentar dar tu máximo potencial, entrarás en una dinámica que te permitirá disfrutar de cada instante de manera consciente. El éxito estará en el propio intento por conseguir lo que te propongas y su consecución será colofón de una constante satisfacción. Y a esto último se le llama felicidad.

3.- Cheers!

Pero no dejes nunca de celebrar las metas que vayas consiguiendo. Es tan necesario como proponértelas. Sí, necesario. Cuando se llega a un punto que supone una de las inflexiones previstas en tu Plan, tómate un “respiro” y dedícate a saborearlo.

Haz que tu cuerpo y tu mente sepan que les das premio, que estás satisfecho con los resultados: si a todos nos agrada que nos reconozcan nuestros méritos, ¿por qué iba a ser diferente en el caso de nosotros con nosotros mismos?

Además, somos los más sinceros analistas de nuestros quehaceres y predisposiciones, razón por la que, en mayor medida, sabremos valorar lo que nos haya costado cualquier logro y, por ende, premiarlo debidamente.

Bueno, repito que la sensación de recompensa, si has interiorizado bien todo lo leído en esta revista, viajará contigo perpetuamente, pero no por ello debes renunciar a satisfacer todos los aspectos del alma y, como humanos que somos, cargar las baterías y deleitarnos en los éxitos es parte fundamental y natural de nuestro cerebro, así que hágase de manera provechosa en tu trayectoria y utilícese para seguir mejorando.

¡Brindemos por ello!