En algún momento habrás oído que la experiencia es la madre de la ciencia, ¿verdad? Se ha convertido en una frase que tiene muchas acepciones a nivel coloquial, pero que procede directamente de una visión científica de la vida desde que en época de la Ilustración se impusiera el método científico como un camino para avanzar, mediante la toma de datos entre los diferentes ensayos u observaciones, dentro de las investigaciones de cualquier área de la ciencia. Y supuso y sigue suponiendo un continuo y extraordinario proceso de progreso.
¿Cabría preguntarse si algo similar sucede en el ámbito de la superación personal? Creo que todos somos conscientes de la básica función que en el desarrollo del ser humano tiene la capacidad de aprender de todos nuestros actos, ya desde el inicio de la vida. Si no fuera así, sin memoria que nos permitiese acumular conocimiento y destreza no seríamos el género dominante en nuestro planeta. Así de rotundo y de importante es la capacidad de almacenar y gestionar nuestras experiencias. Pero es algo que hacemos instintivamente, sin reflexión explícita, sin propósito.
Hablando de nuestra temática, ¿qué suponen las experiencias previas? ¿Son tan definitivas? En este caso, el cúmulo de historias, aprendizajes, conocimientos, circunstancias y hábitos adquiridos que conforman la experiencia vital como tal de cada quien, suponen el basamento de cualquiera de nuestras acciones, pero no aseguran progreso si no existe la presencia de otra de las capitales características que reside en nuestra especie: la resiliencia. La posibilidad de interpretar, amortiguar y redirigir los acontecimientos para superarlos y diseñarlos a futuro es la clave del desarrollo que más nos interesa en este blog.
Por tanto, siendo tan implícito a nosotros el saber adquirido por la experiencia continua de vivir, afirmo que es aún más relevante en un devenir satisfactorio para las personas el ser capaces de utilizar la habilidad de la resiliencia, que también nos asiste de fábrica, en el camino de la búsqueda consciente de la superación, pero sabiendo que se debe trabajar para perfeccionarla y conseguir tener un buen músculo resiliente, una buena adaptación al medio y una mejor búsqueda de puertas a nuevos logros que deseemos. Por todo ello, os invito a adentraros en este concepto y descubrir una de las herramientas más definitivas de las que nos dota nuestra naturaleza.
excelente tema