Muchas de las cosas que hoy etiquetamos como «normales», fueron en algún momento etiquetadas como «imposibles». Por ejemplo, imagina que hubiese dicho hace 300 años cualquier persona a la que le dijeses que grandes artefactos metálicos podrían surcar los cielos volando. Te habría tildado sin duda ninguna de loco, e inmediatamente habría añadido el comentario «eso es imposible». Y sin embargo, hoy vemos como algo absolutamente normal que miles de aviones surquen nuestros cielos cada día.

Si nos paramos a analizar cualquier gran logro, detectaremos indudablemente 3 fases por las que se ha tenido que pasar hasta conseguirlo. Veamos a continuación lo que yo considero como las 3 fases de lo posible:

FASE 1.-IMPOSIBLE.
El primer peldaño sucede mientras ese logro es etiquetado de manera generalizada como “imposible”. Y desde esa visión de imposible generalmente jamás se produce ni siquiera un intento de acción para lograrlo, ya que ¿quién querría malgastar sus energías en algo que de todos modos no se va a poder lograr?
Pero siempre surge un instante en el que aparece un soñador o un grupo de soñadores que ponen en entredicho esa condición de “imposible”. Y de ese modo, comienzan los intentos para lograrlo, pasando a lo que es la segunda fase:

FASE 2.-DIFICIL.
Se produce un cambio en la forma de ver el reto, y ya se comienza a ver como alcanzable, pero obviamente con todas las dificultades que conllevan los grandes logros. Se inicia una dinámica poderosa de acción. Se multiplican los esfuerzos, aumenta la motivación, se acerca el éxito intento tras intento,… Y de ese modo, fruto del tesón y la visión de personas que han decidido ser especiales, se llega a la tercera fase:

FASE 3.-REALIZACIÓN.

Es la fase del logro, del triunfo, de la destrucción del imposible. Es la fase que persiguen y aman todos los grandes realizadores. Todos ellos han atravesado estas tres etapas en muchas ocasiones a costa de ser etiquetados como locos o chiflados, pero demostrando finalmente que muy pocas cosas pueden detener a un ser humano armado con un sueño y un deseo ardiente.

Piensa por un instante en algo que estés etiquetando como “imposible” en tu vida pero que te gustaría lograr. Tal vez ha llegado el momento de cambiar la etiqueta de “imposible” por la de “difícil”, para finalmente y fruto de tu esfuerzo, colgar la etiqueta definitiva de “HECHO”.

Nunca olvides que tal vez sea cuestión de fe, compromiso y esfuerzo… y que si quieres,…¡PUEDES!

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