Nos encanta celebrar las cosas importantes, como a todo el mundo, y poder conectar con 300 o 400 millones de seres humanos gracias a una base cultural común y una lengua compartida no es un tema baladí, y menos para nosotros, pues forma parte de nuestra razón de ser como equipo el querer potenciar en lengua castellana un lugar común de referencia para el universo de la superación personal y profesional. Por tanto, el Día de la Hispanidad es un día de fiesta en esta casa porque se ensalza todo aquello que nos permite haber ayudado con tanta facilidad y naturalidad a incontables amigos de México, Galicia, Chile, Florida o Colombia, por poner ejemplos, y, sobretodo, ser recíprocamente alimentados mental y espiritualmente por ellos. Simplemente, maravilloso.
En la epatante e inmensa variedad que nos ofrecen la península ibérica y el continente americano, desde la Patagonia argentina hasta las raíces hispanoparlantes afincadas en Norteamérica, respecto a identidades autóctonas, tradiciones y manifestaciones culturales de todo tipo, precioso y preciado sello indeleble y propio de cada persona que habita una de sus zonas, se manifiesta la Hispanidad como un trazado historiográfico que nos une a todos, algo que leído en clave positiva y dejando de lado otros aspectos más difíciles que acompañan siempre al que se ancla en un pasado ya inamovible, es una poderosa razón de orgullo conjunto y una herramienta que nos hace más fuertes.
No me voy a extender mucho más por hoy, pero a título personal sí quisiera decir que siento la fraternidad que nace de lo hispano, retratado en tantas y tantas anécdotas y vivencias personales con gente de nuestra civilización, tanto aquí, en mi ciudad, como en otros lugares en que he vivido o he visitado, un tesoro relacional cuya posibilidad se ha mantenido en el tiempo más por aquellos que cruzaron tierras y mares en pos de ayudar, entregando su vida y su máximo potencial por causas nobles, por lo que ellos entendían como bueno, que por otros temas más bélicos extintos hace mucho. Y aquí, que tratamos siempre de enfocar en lo que nos pueda valer para crecer como personas, somos plenamente conscientes de que la Hispanidad enriquece.
Exacto, apreciado amigo Josep. Ese es el fin de este escrito. Gracias, como siempre.
Exacte, benvolgut amic Josep. Aquest és el fi ultim d’aquest escrit. Gràcies, com ara sempre.
Bienvenido cualquier gesto, símbolo o fiesta que contribuya a hermanar el mundo, con todo respeto a las diferéncias y particularidades de cada pueblo, que en conjunto enriquecen a la humanidad entera.
¡Gracias José Manuel!