«Yo acepto la vida incondicionalmente… La mayoría de la gente exige la felicidad como condición. Solo podemos ser felices si no establecemos ningún requisito.»  -Arthur Rubinstein

Comulgo plenamente con esta maravillosa cita. La felicidad no es algo que este esperándonos en algún lugar, cuando se den determinadas circunstancias o resultados. La felicidad serena que proviene de aceptar que los seres humanos tenemos la capacidad de sentir en cada instante de nuestra vida aquello que elijamos sentir es sin duda la fuente de la verdadera felicidad. No depende de condiciones de ningún tipo, y fluye de manera espontánea y natural.

Aceptando la vida incondicionalmente, con sus momentos maravillosos y sus momentos de dificultad, damos un paso de madurez sustancial que nos permite sintonizar con nuestra verdadera esencia.

Miremos por un instante a los niños pequeños. En su inocencia, para ellos cada instante es una oportunidad maravillosa para experimentar la felicidad. Fluyen con la vida de manera natural y van aceptando todo aquello que sucede en su vida desde la curiosidad de quien lo tiene todo por descubrir.

Cuando comenzamos a pensar desde esa perspectiva, seremos capaces de entender que realmente no necesitamos alcanzar nada para llegar a ser felices. Es un auto engaño. Es nuestra creencia que nos dice «Cuando consiga ese objetivo me daré permiso para ser feliz», lo que nos está privando de disfrutar de la felicidad en cada uno de los pasos del camino.

Por tanto, deja de poner condiciones a tu felicidad, y simplemente comienza a experimentar la verdadera emoción de la felicidad que es algo que solo brota desde el interior. Enfócate en desatar en cada instante lo mejor de ti mismo en cualquier cosa que hagas, y desde esa actitud de integridad en la que sabes que estás poniendo en juego todo tu potencial, la felicidad brotará como algo natural y espontáneo.

¡Que diferente es la vida desde esa perspectiva!

0 comentarios de “Aceptar la vida incondicionalmente, un camino directo hacia la felicidad.

  1. Josep Sanvisens dice:

    Efectivamente, la felicidad no está condicionada por las circunstáncias externas ni por comportaminetos de otras personas. No es fácil aceptar esta idea, pero si no la entendemos, no la aceptamos y no obramos en consecuéncia, no podremos tener la llave de nuestro bienestar.
    GRACIAS JOSÉ Ma. UN ABRAZO.

    • jmvicedo dice:

      Aceptar todo aquello que la vida nos depara, haciéndolo desde la confianza que aporta saber que en última instancia somos nosotros mismos quienes somos responsables de como nos sentimos a través del modo en que interpretamos todos esos acontecimientos, es liberador. Se produce un verdadero acto de aceptar la responsabilidad por la propia vida, y puede comprenderse que los últimos responsables de nuestra felicidad somos nosotros mismos.
      ¡Muchas gracias por el comentario y un fuerte abrazo, Josep!

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