Una de las personas que más profundamente me ha inspirado en mi vida sin lugar a dudas ha sido W Mitchell. Tuve el inmenso privilegio de poder hacerle una breve entrevista y colaborar con él en un proyecto editorial hace unos años, y todavía recuerdo como si fuese ayer su increíble actitud ante la vida.

La historia de W Mitchell es verdaderamente tremenda. Un día, cuando tenía 26 años iba conduciendo su motocicleta y desvió por unos instantes la vista de la carretera para mirar unos escaparates. Cuando volvió a mirar hacia adelante, vio como un inmenso camión cisterna que transportaba combustible estaba cruzando la calzada justo enfrente de él. En un acto reflejo, se lanzó al suelo en un intento de pasar por debajo del camión, con la mala fortuna de que su moto se incendió y el quedó envuelto en una tremenda bola de fuego. El resultado: el 65% de su cuerpo resultó afectado por tremendas quemaduras. El proceso de recuperación supuso un durísimo periodo de hospitalización y decenas de operaciones.
Ese gran handicap, ya hubiese hundido a la mayoría, pero no a W Mitchell. De aquello salió reforzado y con una actitud reforzada para seguir adelante.

Pero lo que no sabía es que la vida iba a depararle otra tremenda prueba. Cuatro años más tarde, mientras volaba con su avioneta, sufrió un accidente que le dejó paralizado de por vida de cintura hacia abajo. ¿Cómo habríamos reaccionado cualquiera de nosotros ante esto?… La vida le ponía frente a él otro tremendo obstáculo que salvar.

Leyendo esta historia, lo normal es pensar que una persona a la que le sucede todo esto realmente tiene todas las razones del mundo para estar abatida y deprimida. Pero puedo garantizarte que no es el caso de W Mitchell. Doy fe de que es una de las personas más felices que he conocido jamás. Recuerdo cuando lo ví por primera vez acercándose hacia mi con su silla de ruedas, una sonrisa extraordinaria en sus labios y ofreciendome lo que le queda de mano después de haber sufrido aquellas tremendas quemaduras. ¡Jamás había visto a una persona tan entusiasmada y apasionada de la vida! En lugar de sentirse abatido, ¡se sentía bendecido por todo lo que le había pasado! Me decía que jamás se hubiese convertido en la persona que era, ni hubiese tenido esa gran actitud positiva en la vida si no hubiese pasado por todo aquello.

¡Que gran lección!

Una de las frases que más recuerdo de nuestra conversación es la siguiente: “Antes de estar paralizado había 10.000 cosas que podía hacer. Ahora hay 9.000. Yo puedo estar lamentándome todo el rato de las 1.000 que ya no podré hacer o enfocarme en las 9.000 que todavía puedo.”

Y por supuesto recuerdo lo que el consideraba su lema de vida:

No es lo que te sucede, sino lo que tu haces con lo que te sucede.

Para terminar, como anécdota de su tremenda actitud mental positiva, me contaba que en una ocasión en un vuelo, el comandante del avión avisó por megafonía que el avión había sufrido una avería y que tendrían que realizar un aterrizaje de emergencia. Pero para evitar riesgos, iban a volar en círculo hasta agotar todo el combustible que llevaba el aparato. La mayoría de viajeros se quedaron aterrorizados, mientras el me comentó que simplemente se giró hacia su compañero de asiento y le dijo: “Espero que todas estas millas que vamos a estar volando me cuenten para mi tarjeta de puntos”… ¡Genio y figura!

A continuación tenéis un video, que aunque está en inglés, os dará una idea de su increíble actitud hacia la vida…

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