Cuando se abandona en el camino de perseguir un sueño de cierta envergadura, que implica la puesta en juego de un esfuerzo importante, existe una razón que suele ser la principal causante. Lo he visto suceder en numerosas ocasiones y es algo que está en el origen de la pérdida de motivación e interés por ese sueño. Y esa razón es la siguiente:

Las expectativas no satisfechas.

Cuando se emprende el avance hacia conseguir un sueño, es normal que en los momentos iniciales el entusiasmo se encuentre disparado. Existen altas dosis de energía porque aún no se ha tenido que poner en juego ninguna clase de esfuerzo y todavía no han empezado a aparecer los obstáculos. Lo único que se tiene en esos instantes en la mente es lo maravilloso que será todo cuando se haya alcanzado el objetivo. Es ese instante inicial en el que nos formamos una serie de expectativas en nuestra mente acerca de la cantidad de esfuerzo que será necesario poner para conseguir nuestro sueño.

El problema comienza a aparecer después. Los seres humanos tendemos a ser excesivamente optimistas acerca del tiempo que nos llevará completar una tarea. En nuestra mente todo suele ser más fácil de lo que después es en el mundo real. Y ahí es donde se empieza a sembrar la semilla del abandono.

Imaginemos que una persona se ha marcado la expectativa de que su sueño requerirá de un par de años de esfuerzo intenso y múltiples sacrificios, y después espera que llegue el momento de comenzar a cosechar los resultados. Pero transcurridos esos dos años, imaginemos que a pesar de haber generado avance, esos resultados que esperaba todavía están lejos de alcanzarse. Es en ese instante, cuando esa expectativa que tenía no queda satisfecha, cuando todo puede empezar a desmoronarse. Se requiere una gran fortaleza mental para seguir poniendo el esfuerzo necesario cuando nos tenemos que enfrentar a una desilusión de ese tipo. Y especialmente más si el esfuerzo que se ha puesto ha sido de proporciones épicas.

Para muchas personas, enfrentar esa frustración de no ver cumplidas sus expectativas termina suponiendo la muerte de su sueño. Pierden la motivación y el empuje. Sienten que el esfuerzo no ha merecido la pena, y fruto de ese momento de frustración, terminan abandonando ese sueño que en un origen tanto les importó.

Sin embargo, hay una gran diferencia en el modo en el que los grandes realizadores hacen frente a esta misma situación. También ellos pueden tener expectativas, pero generalmente, cuando empiezan a ser conscientes de que el esfuerzo o el tiempo necesario va a ser mucho mayor del que creían originalmente, hacen un cambio mental que marca toda la diferencia:

Se olvidan de las expectativas y se centran en la GRATITUD.

Se centran en lo que para ellos significa perseguir un sueño que de verdad valoran y que les hace sentir que su vida está siendo bien invertida. Se sienten agradecidos de poder perseguir ese sueño que de verdad les importa, y están dispuestos a seguir poniendo el esfuerzo el tiempo que sea necesario. Se olvidan de esas expectativas, que muchas veces son irreales, y se agarran a su visión para seguir luchando por un sueño que para ellos merece absolutamente la pena.

Para mi hay un video que resume esta emoción profunda que implica no rendirse jamás cuando un sueño es suficientemente importante. En ese video, se le pregunta a Elon Musk (fundador de Space X y Tesla) si después de una serie de fracasos en el lanzamiento de algunos cohetes había pensado en abandonar. Su respuesta es rotunda y maravillosa: “Nunca. Tendría que estar muerto o completamente incapacitado para rendirme.”

La única expectativa verdadera para todos los grandes realizadores es ver finalmente su sueño materializado, sin importar el esfuerzo o el tiempo que requiera. Punto. El resto es simplemente gratitud por estar viviendo su llamada.

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