Será una moda o no, pero lo cierto es que cada vez está más extendida. Se trata de una absurda costumbre que consiste en elogiar a alguien antes de criticarle.

“Eres una persona muy trabajadora pero te distraes con frecuencia”.

“Te quiero mucho pero hay un aspecto de tu carácter que no me gusta”

“Eres mi mejor amigo pero a veces dudo de tu lealtad”

Quienes utilizan esta fórmula están convencidos de que halagando al criticado, este encajará mejor el reproche. El objetivo es claro: se trata de intentar pasar la crítica de la manera más suave posible. El “pero” marca el punto de inflexión. Es el salvoconducto de la crítica que se intenta pasar de contrabando.

Sin embargo, el efecto que se consigue en el interlocutor es justo el contrario. Y ello por varias razones. En primer lugar, porque ese “pero” pone en guardia al otro, le advierte de que él halago que acaba de escuchar es un mero artificio dialéctico, una fórmula para prepararle para la crítica futura. En consecuencia, el elogio pierde toda su credibilidad.

Y en segundo lugar, porque la crítica que sigue al “pero” suele ser directa y agresiva. Quizás sea porque quien la hace se crea autorizado precisamente por el elogio que acaba de hacer, pero lo cierto es que eso hace que el interlocutor se sienta atacado y, claro, su reacción es ponerse a la defensiva.

¿Y cuál es el remedio?

En primer lugar, desterrar la fórmula “elogio-pero-crítica” en sí misma. Se puede mantener el elogio pero no seguido de una crítica.

En segundo lugar, no hacer crítica directa jamás. Sí, no hacerla como tal y sustituirla por “llamadas de atención sobre el error”. No es un eufemismo. Está demostrado que la eficacia de llamar la atención sobre un error, sobre todo cuando se hace desde el amor y el respeto por el otro, es superior a la de la crítica pura y dura. Esta fórmula es indirecta y, por tanto, menos agresiva que aquella. Hace pensar.

Los ejemplos anteriores podrían reformularse así:

“Eres una persona muy trabajadora y estoy seguro que con tu esfuerzo lograrás mejorar cada día tu capacidad de concentración”

“Te quiero tanto que solo pienso en todas las cosas buenas de tu carácter”

“Como mi mejor amigo que eres creo que puedo confiar en tu lealtad”

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