Vivir equivocados puede no ser tan malo

Es la contundente afirmación de Robert Kurzban, psicólogo evolucionista de la Universidad de Pennsylvania y autor del libro “Por qué todos los demás son hipócritas”.

En su obra desarrolla su teoría sobre el autoengaño.

Por autoengaño se entienden varias cosas: hay diferentes modos en los que uno puede engañarse a sí mismo. Kurzban lo explica con un ejemplo en primera persona:

Un ejemplo muy ilustrativo es que tal vez yo pueda pensar que soy mejor profesor de lo que realmente soy: hay un estudio clásico que demuestra que alrededor de dos tercios de los profesores creen que están entre el 10% de los mejores en el ranking.

¡Sabemos que eso no puede ser cierto! Y podemos preguntarnos varias cosas sobre ello… ¿soy yo que me engaño a mí mismo? ¿O solamente soy yo equivocándome de un modo interesante?

A mí me gusta planteármelo de la segunda forma. Si estoy hablando con alguien a quien acabo de conocer y no supiera qué tipo de profesor soy, pero en cambio yo pensara que estoy entre el 10% de los mejores… ¡tal vez la otra persona también empezaría a creerlo!

Así que albergar creencias falsas puede ser útil para convencer a los demás sobre algo que queremos que crean de un modo u otro, o puede volverse una ventaja si logro que el otro crea algo así… aunque, por supuesto, yo no engañaría nunca…”

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