No me canso de repetir con frecuencia en mis grabaciones, cursos y seminarios, que muchas personas desafortunadamente tratan su vida como si fuese un ensayo general. Malgastan día a día su vida como si fuesen a tener un tiempo ilimitado de vida por delante. No son conscientes de que este es su momento, su día, su generación,… y la vida está pasando. Cada instante de esta maravillosa aventura a la que llamamos vida es único, mágico e irrepetible. Jamás volverá, y por tanto, es parte de la única función principal que viviremos.
Y a éste tratar la vida como si fuese un ensayo general, se suma en el caso de muchas personas, el vivir la vida que otros les dictan. De hecho, en todos los estudios realizados analizando las mayores lamentaciones que tenemos los seres humanos cuando nos enfrentamos a los momentos finales de nuestra vida, siempre esta una lamentación por encima de todas las demás:

Lamentar haber vivido la vida que otros querían que viviésemos (ya sean nuestros padres, nuestra pareja, la sociedad, la publicidad,etc.), en lugar de vivir la vida en sintonía con nuestras verdaderas aspiraciones y deseos.

Me encanta la música del cantautor Jackson Browne. Y recuerdo escuchar decenas de veces su canción “For a dancer”. En esta canción él se refiera en la letra a esa gran mayoría de personas que pasan su vida bailando con los pasos que otros les dictan. Y La canción es una invitación a pasar de ser un simple bailarín que se deja arrastrar por la coreografía que otro planea, a pasar a ser tú el coreógrafo y director de tu propio baile, de tu propia vida.

Es una letra tremendamente poderosa y llena de inspiración. Cuando entiendes su profundidad no puedes evitar que te conmueva y te haga reflexionar y formularte una pregunta importante: ¿Soy yo el coreógrafo y el director de mi vida, o estoy bailando a un son que no es el mío propio?

Esta es una pregunta fundamental, de la que depende literalmente nuestra realización personal.

A continuación tienes la letra de la última estrofa de la canción:

Into a dancer you have grown
From a seed somebody else has thrown
Go on ahead and throw some seeds of your own
And somewhere between the time you arrive and the time you go
May lie a reason you were alive but you’ll never know

Te has convertido en un bailarín
Desde la semilla que otra persona sembró
Ve adelante y planta algunas semillas por ti mismo
Y en algún lugar entre el momento de tu nacimiento y el de tu partida
Puede que exista una razón por la que estás vivo pero nunca lo sabrás

Así es. Nunca lo sabrás si te mantienes bailando al son que te marcan otros. En todo nuestro proceso de crecimiento, recibimos un montón de instrucciones sobre lo que es correcto y lo que no, y eso en muchos aspectos está bien. Pero en otros, especialmente cuando se van instalando determinadas creencias negativas o de falta de valía, nos termina convirtiendo en personas que bailamos una melodía que está muy por debajo de nuestro verdadero potencial. La cosa se complica si además queremos complacer y no hacer sentir mal a nadie haciendo constantemente lo que se supone que quiere nuestro grupo de referencia. De ese modo, los padres, profesores, pareja, etc., terminan haciéndonos bailar a un son que no es el nuestro. Y a menos que nos paremos por un instante a reflexionar, dejaremos que la vida pase sin que comience a sonar nuestra propia melodía.

¡Atrévete! El momento es ahora. Tienes música maravillosa por componer que te permita disfrutar de tu propio baile. Y cuando te liberes de toda esa música que no te pertenece, te darás cuenta de que tu historia, todo lo que hayas vivido hasta este momento, no puede impedirte empezar a disfrutar en este mismo instante de una maravillosa sensación de libertad si decides bailar a tu propio ritmo.

1,2,3… ¡Esta nueva melodía lleva tu nombre!

Un comentario de “Crea la vida que quieres. Sé el compositor de tu propia melodía.

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