No te compares con los demás. Esta es la primera modificación básica que debes insertar en tu manera de pensar si persigues algún sueño. Si eres capaz de aislarte, en el mejor de los sentidos, y hacer que vuele la imaginación en tu ayuda, las ideas que tengas serán tan tuyas como las de antes, pero… ¡diferentes! ¡Serán sólo tuyas! Aunque otros las tengan muy parecidas. Todavía no conozco ni un caso interesante de emulación a partir de los veinte años. Todo lo que seguir pasos antes de esa edad es hasta necesario en la infancia y muy aconsejable en la adolescencia si los modelos son de calidad, se corresponde con frustración y pérdida de interés en edades adultas por cuanto no existe genuinidad en las propuestas que te formulas cuando, en todo momento, te ves reflejado en otro espejo. Llega un punto en el que se debe ambicionar un desarrollo más personal, más propio, más auténtico si de alcanzar un verdadero éxito se trata, sea en el área que sea, pues lo realmente importante es que la fuerza con que lo persigas proceda de una verdadera inspiración tuya, de un motivo que autogenere la energía necesaria para no parar hasta conseguirlo, para alcanzar la dedicación que se requiera.

No te pongas límites. ¡Cuántos problemas en la persecución del éxito en cualquier rama personal o laboral proceden de este punto! Como ves, en segundo lugar debes desterrar de inmediato los muros mentales insalvables, porque si no lo haces los acabarás construyendo bien altos. Esos que ahora son incipientes, si persistes en la creencia de que existen te aseguro que acabarás por verlos insalvables en verdad. Bastantes obstáculos se presentan día tras día como para perder energías en la preocupación de que existen más, ya que éstos en concreto, en realidad, son producto de una falsa creencia: todo puede crecer o ser mejorable; así que ya está bien de colocar los límites a tu proyecto sin saber dónde están realmente, ¿o es que los necesitas poner?, ¿o es que crees que te serviría de mucho ponerle un final previo a tu aventura? Yo creo que no. ¿Qué son los finales? Y no estoy hablando de hacer las cosas sin orden ni concierto, tan sólo digo que nada aporta una limitación a un objetivo cualquiera. Te aseguro que pensar en grande es un ejercicio fabuloso, liberador y enriquecedor, que además aporta una creatividad al desarrollo de objetivos sorprendente, ya que siempre hay caminos por rastrear cuando de verdad se quiere llegar a la cima. Piensa sin barreras y las barreras no las verás.

No confíes en que lo que ya has logrado sea perenne. Nada dura eternamente en el cielo del éxito. Todo acaba bajando si no se continúa insuflando calor a ese globo que sube lleno de logros. Bien lo saben las compañías más importantes del mundo, por ejemplo. Fíjate cómo no dejan de intentar innovar en algún aspecto que rodea sus actividades, todo y que únicamente sea en la manera de hacerse presente en nuestras vidas vía publicidad, incluso sin apenas modificar el producto original o tardando mucho cada vez que lo hacen. Y lo comento porque si eso es así entre los líderes mundiales en el tema de la producción, por ejemplo, imagina hasta qué punto en tu camino debes preguntarte si lo que ya hayas hecho puede mejorarse, realizarse de un modo más preciso, perfecto o de mayor alcance. No podemos olvidar que en muchas ocasiones que vamos detrás de algo, el pensar que lo que ya se ha hecho en esa dirección es perfecto y ya está bien como está es el origen del fracaso, de no alcanzar el objetivo, pues cuando estás centrado en los siguientes pasos se tiende a olvidar los anteriores, algo que no puedes permitir. No dejes que cierto conformismo te haga relajarte frente a lo conseguido porque puede fallar algún punto en cualquier momento y llevarse por delante otros hitos mayores que desees y busques.

No quieras hacerlo todo tú si no puedes. No suele ser normal en temas empresariales aunque sí sucede en otros numerosos casos, que aquello que quiere llevar uno adelante pueda hacerlo en solitario. Llegado el momento, es muy posible que tu camino necesite de apoyos. Busca entre los candidatos aquellos que se identifiquen con tu proyecto, independientemente de que sean los mejores técnicamente o en su preparación, pues esos serán los que cuidarán de todo como si fueras tú, que es a lo mínimo que se puede aspirar para rodearte de un equipo que te ayude a conseguir el éxito. Necesario, pero no suficiente. Si además buscan la excelencia en su quehacer, segundo requisito a buscar, entonces las cosas tenderán al máximo que se puede aspirar, pues la maquinaria será mejor que contigo solo, el equipo multiplicará la fuerza de cada uno por separado y se conseguirá lo que haga falta. Con seguridad, aunque no te lo creas ahora. Todo será más completo en retos complejos si no quieres hacerlo todo tú. Pero no te vayas a instalar en el relax demasiado pronto, antes de tiempo… ¡ojo! Haces y harás falta. Siempre. Al menos, las cosas se revisan y se controlan, ¿no? Y si todo nace de ti, serás fuente de inspiración “in perpetuum” para ese equipo que tú, precisamente, conformes.

No permitas que los fracasos te desvíen si son asumibles. Nadie puede obligarte a continuar una empresa si los resultados son negativos constantemente. No me refiero a ese tipo de situaciones en las que, quizás, una falta de acierto o de enfoque al inicio nos conduzca a un callejón sin salida, ya que quien te pidiese que siguieseis en ello te estaría invitando a precipitar el negocio al suicidio. Estoy, más bien, haciendo patente un recurrente problema que aparta a mucha gente de lo que pretendía en un momento dado: el no ser capaces de asumir un riesgo determinado, el no querer llegar a ese límite detrás del que espera la consecución de buenos resultados, ese “un poco más” que, una vez superado y puesto en juego, puede ser el paso definitivo para lograr resultados, pero que tantas veces acaban por alejarnos del éxito al dejar que los miedos tengan la suficiente fuerza para disolver nuestros anhelos como manchas de tinta bajo el efecto del algodón y el alcohol. Es un tema delicado, pero confía en tu instinto y no te quedes sin saberlo siempre que domines la situación y no a la inversa. Y si sale mal, será un tropiezo exitoso, merecedor de todo el reconocimiento externo y el orgullo propio. En definitiva, un éxito también.

Un comentario de “Cinco cosas que debes hacer de forma diferente para conseguir el éxito

  1. Josep Sanvisens dice:

    Has descrito cinco conceptos básicos para el éxito de forma clara y cierta.
    Lo bueno es que pueden aplicarse tanto en el ámbito profesional como a nivel personal. En definitiva saber administrar una empresa, no importa su tamaño, empieza por saberse administrar a uno mismo y estos cinco puntos también encajan perfectamente.
    GRACIAS JOSE MANUEL

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